Foto: Cuartoscuro.

#DiasdelFuturoPasado Vol. 56

“The Age of Apocalypse…la resistencia continua”

Jorge Tadeo Vargas

En el 2019, Donald Trump anunció que los Estados Unidos dejaban el Acuerdo de París, con esta declaración su papel de negacionista del cambio climático y el del ser humano más malo de toda la galaxia cobró más fuerza. Su declaración se publicó en todos los medios, fue en ese momento la noticia. Por supuesto que no se hablo casi nada de que la administración Trump para ese momento no había cumplido con ninguno de los compromisos de reducción de emisiones de dicho acuerdo-como todos los gobiernos firmantes hasta ese momento- tampoco se habló de los mecanismos para salirse de estos compromisos no vinculantes. Solo se quedaron con las declaraciones, el beef de este señor que era un especialista en provocar.

La realidad es que en la COP celebrada en Madrid por las revueltas en Chile que era la sede oficial, se puso a discusión la posible salida de Estados Unidos lo cual sería oficial hasta Glasgow en la COP26, que como bien saben se canceló por contingencia COVID. Este año se haría oficial, sin embargo, Joe Biden ha dicho que se mantienen dentro de los compromisos del Acuerdo de París. Con esto oficialmente nunca estuvieron fuera. Un fracaso de Trump en la realidad, pero todo un éxito a nivel mediático que es lo más importante para él.

Ante de hablar sobre la ineficacia del Acuerdo de París como mecanismo para la reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) lo que se conoce como mitigación, además de la falta de compromisos para las medidas de adaptación, hablemos de la nota que apareció en la revista Proceso el día ocho de febrero de este año donde el encabezado plantea la salida de México del Acuerdo de Paris. Esto lo dice al autor de la nota porque no se están cumpliendo los compromisos adquiridos, mismos que no son vinculantes y no obligan a nada. El texto, con base en que la actual administración no esta haciendo modificaciones a su forma de producción energética sostiene que el gobierno dejará el Acuerdo de París. Aquí tenemos que hacer una pausa y hablar de que la producción de energía eléctrica sigue estando basada en los combustibles fósiles. El artículo también habla del veto oficial a las mal llamadas energías limpias. Esto es totalmente cierto, vamos en dirección contraria a cualquier medida de mitigación en materia energética la cual es responsable del 28 porciento total de los GEI a nivel global, ocupando el primer lugar de la lista junto a la distribución de mercancías y turismo. Es decir, la producción eléctrica no es el único responsable de la crisis climática.

El texto firmado por Ricardo Raphael es bastante tendencioso y con mucha falta de información científica, no cuestiona en lo más mínimo la matriz energética, al contrario, habla de energías limpias metiendo en el mismo saco, a la hidroeléctrica (responsable del 8 porciento de GEI en el rubro energético) además de la nuclear, junto a la eólica y la solar, las dos en megaproyectos extractivos, expropiadores.

Planta de ciclo combinado. Foto: Puntoporpunto.

La falta de claridad de Raphael demuestra que existe un vacío mediático para llevar la discusión sobre la crisis climática al terreno de la justicia socioambiental. Una visión muy pobre, capitalista y fuera de contexto para las luchas de defensa del territorio que se llevan en el Sur Global.

Es indiscutible que la actual administración no está actuando en consecuencia ante la crisis climática, al contrario, su reforma energética busca mantener todo el tiempo posible la hegemonía de los combustibles fósiles. Este gobierno no entra ni siquiera en el aparentismo de los anteriores. Las energías mal llamadas limpias están fuera de su reforma, son el enemigo. Aquí vale la pena hacer un paréntesis. La posición de la 4T en los próximos meses pude dar un giro una vez que el Green New Deal promovido por Joe Biden tome forma y comiencen las negociaciones. Cuando esto ocurra es muy seguro que todo puede cambiar.

Con lo que respecta al Acuerdo de París, desde donde muchos “especialistas”, activistas, periodistas creen que se darán las soluciones para salir de la crisis climática. Esto no es más que un espejismo creado por el modelo de producción-consumo. La realidad es que, a cinco años de la COP21 en París, con un par de ratificaciones en los últimos años, ninguno de los países firmantes ha cumplido con estos acuerdos. Los que han logrado alguna reducción no llegan ni al diez por ciento y no el rubros que importan, como son transporte y energía.

Con la llegada de los pactos verdes (green new deal estadunidense y unión europea) es muy probable que la COP26 que todo indica que, si se celebrara este año; tanto el acuerdo como estos pactos tomen fuerza y sean los protagonistas de las conversaciones dentro y fuera de la conferencia de las partes, con lo que el neo-feudalismo y las zonas de sacrificio se irán fortaleciendo más y más.

La 4T ha dejado muy claro que no tienen una agenda ambiental definida, al menos que sus planes extractivistas sean su agenda. Tampoco tienen un compromiso con los territorios y la naturaleza, su política es la extracción, la privatización, el despojo al servicio de las corporaciones. Esto es lo que tenemos que estar discutiendo, desde ahí necesitamos armar la acción y el discurso y no desde su permanencia en el absurdo e ineficaz Acuerdo de París.

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Jorge Tadeo Vargas. escritor, ensayista, activista, anarquista, panadero casero, adicto al vino tinto, el café, el té y lo que él considera buena música. Coordinador no oficial de LIDECS.