#DiasdelFuturoPasado Volumen 18

“No estamos en Elysium. No podemos curarla y ya”

Elysium, 2013

La ciencia ficción desde su nacimiento ha venido presentando futuros distópicos ─y proféticos dirían algunos─ sobre lo que nos espera a la humanidad. “1984” de George Orwell y “Un mundo feliz” de Aldus Huxley son los libros más citados, además de los más populares sobre el presente actual y lo que nos espera para un futuro no muy distante. En ninguno de estos dos libros el futuro se presenta alentador; aunque también es cierto que desde la publicación de estos dos referentes del futuro distópico, nuestro presente lo ha ido modificando mucho, pues a pesar de la gran imaginación de Orwel y Huxley hubo muchos factores que no consideraron en sus novelas, pues no existían en ese momento, pero que sí lo han venido haciendo mucho otros autores un poco más actuales, tanto en la ciencia ficción escrita como en la que es llevada al cine. Esta última ha sido muy prolífica en presentar ese futuro devastador, de supervivencia que nos espera, al menos para los autores de ciencia ficción y sus seguidores. Un futuro que cada día se parece más a nuestro presente.

Los hijos del Hombre.

El punto en que nos encontramos del antropoceno, donde el colapso sistémico es un hecho dada la crisis ecológica y económica que vivimos, que trae como resultados muchas otras crisis, donde el sistema neoliberal, máximo representante del modelo de producción-consumo le va cediendo terreno a un sistema neo-feudal ya mencionado por muchos autores críticos de distintas corrientes de pensamiento, principalmente ligadas al anarquismo, incluso Jello Biafra habló al respecto en la cumbre de la OMC en Seattle, en 1999 en el concierto que dio junto el NO-WTO COMBO con un discurso al respecto de más de diez minutos.

Este colapso tan anunciado y del cual ya se habla hasta en los grandes medios de comunicación, por lo que ya no somos solo unos cuantos locos con el cartel de “el final está cerca” se ha ido alejando del futuro propuesto por Orwell y por Huxley, incluso los gobiernos totalitarios dictatoriales trabajan de otra forma para continuar fortaleciendo el modelo. Nuestro presente y por lo tanto nuestro futuro es más parecido a la distopia neo-feudal que presenta PD James en su novela de 1992, “Los Hijos del hombre” misma que en el 2006 fue atinadamente llevada al cine por Alfonso Cuarón, quién decidió que al lanzarla en el formato DVD incluiría una serie de entrevistas con investigadores, activistas, profesores como Naomi Klein, Slavoj Žižek, entre otros, donde hablan sobre sus perspectivas del futuro de acuerdo a problemáticas como el cambio climático, los gobiernos totalitarios, las fronteras y la migración, perspectivas que tienen mucho de proféticas si las volvemos a ver a más de diez años de filmadas.

Elysium. El cielo de pocos a costa del infierno de todos los demás.

Lo que estos especialistas nos dicen en estas entrevistas es algo que en menor o mayor medida, dependiendo la región, ya lo estamos viviendo: el cierre violento y represivo de las fronteras, la criminalización brutal a los desplazados en el mundo. Esto ya forma parte del día a día de muchas personas y se está agravando aún más conforme se agrava la crisis ecológica por la causa/consecuencia del cambio climático, pues con esto aumentan los refugiados socio-ambientales.

En “Los Hijos del hombre” se ven muy definidas las barreras que separan a los grupos con el poder económico de las clases obreras y de los migrantes, los cuales son tratados como animales en cautiverio. James en su libro y Cuarón en su visión cinematográfica ya comienzan a dibujar esas ciudades neo-feudales, que se ve cuando el protagonista visita a un pariente para pedirle un favor, esto que se dibuja de forma muy periférica; Neil Blomkamp lo lleva hasta el límite con Elysium (2013) donde la división entre ricos y su servidumbre y los pobres es mucho más explícita.

Curiosamente, el sudafricano que le gusta usar la ciencia ficción como plataforma para la crítica social (Ver Sector 9 y Chappie), decidió utilizar como escenario para la región donde viven los pobres a los barrios pobres de la ciudad de Tijuana, Baja California y el Bordo Poniente que no era más que el relleno sanitario más grande de Latinoamérica que fue cerrado a fines del 2012, ¿Mencione que estaba en el Estado de México y que diariamente llegaban 17 mil toneladas de basura directo del ex-DF?

Cualquier parecido con la realidad…

Elysium, aunque no es tan pasional o no tiene la estética de “Los hijos del hombre” o se pierde un poco en cine de acción, es mucho más dura que la película de Cuarón. Y si no más dura, sí es mucho más clara al mostrar las fronteras entre los que proveen los recursos viviendo en zonas y/o regiones de sacrificio y los que los usan a su antojo, lejos muy lejos y muy bien protegidos de la contaminación y la violencia que dejan como residuos su forma de vida. Sé que a muchos lectores les sonara como algo familiar, especialmente aquellos que ya viven en zonas de sacrificio para que los demás tengamos gasolina, cemento, agrotóxicos.

Estas dos películas que son el ejemplo de muchas otras que plantean un futuro similar, rompen con la idea de los gobiernos totalitarios posmodernos donde el control de la sociedad es mediante métodos psicológicos, brutales pero no como la represión que ya vivimos en nuestro día a día, tampoco presentan ese futuro donde el cambio climático va arrasar con todo el planeta por igual, curiosamente las grandes ONGs transnacionales ahora hablan mucho de “ese” futuro como el posible, claro así evitan mencionar a los verdaderos culpables o las acciones que se deberían de estar haciendo. Lo que “Los hijos del hombre” y “Elysium” presentan es un colapso paulatino, cruel, violento, pero selectivo donde se van construyendo las zonas de sacrificio a la par de esas “elysuim” que no son en el espacio, sino en regiones o ecosistemas previamente seleccionados para ese fin y donde los desplazados y refugiados ambientales no tienen cabida.

El fatalismo con el que a veces hablamos del colapso civilizatorio nos hace pensar que no hay alternativa (Tatcher dixit) y que solo resta esperar a que suceda, esto es lo que aprovecha el sistema de clase para ir preparando sus murallas y la zona feudal. Nos toca a nosotros ir preparándonos para dar la batalla lejos del fatalismo y más cerca de la realidad. Sí, los océanos aumentaran algunos metros sobre el nivel del mar actual, sí, los GEI han sobrepasado sus partes por millón en la atmósfera, sí, habrá más sequía y millones de personas serán obligados a refugiarse en donde puedan. Pero esto ya se está dando, es un proceso al cual debemos adaptarnos, es la única medida de supervivencia que podemos poner en marcha. Y la adaptación para los que estamos en las zonas vulnerables solo se puede dar mediante el apoyo mutuo, la colectividad, la comunalidad.

Se dice que las predicciones de la ciencia ficción (CF) ─especialmente aquella que está dentro de la CF dura─ son para prevenir esos futuros distópicos, mismos que están a la vuelta de la esquina. Si no queremos elysium o más murallas, violencia, criminalización, es el momento de hacer algo en colectivo contra el sistema de clases y su modelo de producción-consumo.

Desde la verdadera rebelión contra la extinción

Zinacantepec, junio 2019.

Por: Jorge Tadeo Vargas, director de lidecs.org

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