Al parecer, al PRI ya no le importa ganar las elecciones del 2021, o más bien en sus cálculos ya vieron que difícilmente repetirán en la gubernatura del estado de Sonora, por eso pretenden hacer “negocios” con el patrimonio de los sonorenses.

La fórmula es sencilla: presentan un proyecto “innovador”, se difunde a través de los medios locales, las cámaras de comercio aplauden la iniciativa y finalmente el gobierno se ve en la “necesidad” de impulsar el “progreso” traspasando los bienes públicos a entidades privadas. Sencillo sí, pero el Pueblo se cansa de tanta pinche transa, como lo dijera recientemente el presidente de la República.

Como el progreso prometido nunca llega, el sonorense es cada vez más escéptico respecto a las “bondades” que ofrece el gobierno cuando trata de desprenderse de los bienes públicos vía la venta de los mismos. Cuando se destruyó el Parque de Villa de Seris, los únicos realmente  beneficiados fueron los “empresarios” que instalaron sus locales comerciales en lo que se conoció como Proyecto Galerías.

Musas, antes Parque Villa de Seris

Hoy, el otrora Parque aporta cajones de estacionamiento para un Casino que se instaló enseguida del Musas, un recinto cultural que es considerado un verdadero elefante blanco. De aquella promoción que se le daría a los talentos locales del gremio cultural mejor ni hablamos, para no hacer corajes y recordar el triste papel que jugó el famoso actor de Ures, Jesús el “Choby” Ochoa, avalando en los hechos la destrucción del Parque.

Que decir de La Sauceda que después de privatizarla resultó ser un mal negocio y hoy se pretende buscar otro comprador para instalar, si se puede, el Centro de Convenciones Internacional que originalmente debiera estar en lo que son hoy las instalaciones del Héctor Espino, en caso de que el presidente de la República mantenga su oposición a la venta de los estadios de béisbol. Pareciera que están dispuestos a enfrentar al gobierno federal, si es preciso, tal y como lo hicieron al modificar la constitución local para arrebatarle a los diputados de la coalición “Juntos Haremos Historia” el control del Congreso Estatal.

Tampoco les importó, con la complicidad de los panistas, entregarle grandes extensiones de terreno del vaso de la presa Abelardo L. Rodríguez a los Coppel para que desarrollen su proyecto inmobiliario. Nada los detuvo, privaron de la libertad a posesionarios  de esos predios, e incluso le dispararon con un rifle de postas a uno de ellos.

Han sido abusivos en el uso del poder político y no se ve que sea distinto su comportamiento en relación a la venta ya “acordada”, dicen, con ese ente charril llamado Consejo Sindical Permanente. Por eso en un medio local se dice que el pasado 29 de enero el Isssteson confirmó la venta de bienes transferidos del Gobierno del Estado para restituir más de 2 mil millones de pesos que se adeudan; entre ellos estarían los estadios de béisbol Héctor Espino, en Hermosillo y Tomás Oroz Gaytán, en Cd. Obregón. Aunque el mismo medio menciona que a la fecha no se ha presentado ninguna empresa interesada o inmobiliaria en adquirir el Estadio Héctor Espino, ya dan por hecho que se venderán los estadios a pesar de las declaraciones del presidente de la República en el sentido de no recurrir a la venta de los mismos.

Hasta ahora, la movilización ciudadana en contra de la venta del patrimonio de los sonorenses apenas está en ciernes. Quizá esa fue la causa por la que se atrevió el grupo Impulsor, financiado con bienes públicos, a dar a conocer su proyecto de Centro de Convenciones Internacional, mostrando un interés por las áreas verdes del mismo. En lo personal, creo que sobran lugares para ese proyecto pero la obsesión por apropiarse de los terrenos del Héctor Espino les puede hacer perder la cabeza.

La semana que inicia será crucial y un posible retroceso en la venta de los estadios estará necesariamente ligada a la movilización social que logre generarse. Si se muestra músculo ciudadano, algunos actores políticos ligados a Morena tendrán necesariamente fijar una posición al respecto. La presidente municipal Célida López y el super-delegado Jorge L. Taddei Bringas se verían obligados a decirnos de que parte están.

Por: Isabel Dorado Auz.