#DíasdelFuturoPasado Volumen 32

Hace un par de meses escribía en este mismo espacio que en Santiago de Chile, en la COP25 teníamos la obligación de convertirla en el Seattle de esta época. Es decir, llevar las movilizaciones de calle hasta el punto de romper la cumbre oficial, convertir las calles de esa ciudad en un campo de batalla encaminada a propinarle un fracaso a cualquier intento de negociación entre los países y sus cabilderos. Unas semanas después cientos de miles de personas indignadas, lideradas de cierta forma por las jóvenes tomaron las calles para protestar contra las medidas económicas que el gobierno de Piñeira intento poner en marcha. Medidas que afectaban directamente los derechos básicos de la población. A la fecha las revueltas se mantienen con una revolución diaria haciendo recular a un gobierno cuna del neoliberalismo, el cual lo ha ido perfeccionando a una forma de gobierno más salvaje, voraz, criminal.

Protestas masivas en Chile, se va la COP25 a Madrid.

A pesar de los intentos de Piñeira de mantener el régimen, esto claro sin entrarle de lleno a las peticiones de la ciudadanía que lo que pide es básicamente justicia, un NO a las reformas implementadas por el gobierno, la renuncia del presidente, una asamblea constituyente plural, en fin, cambios profundos y de raíz. Al no tener esto las calles siguen ardiendo en la resistencia colectiva logrando adelantar mi pronóstico de romper con la COP25. Esta, aunque no se cancela, Santiago de Chile no tiene en este momento condiciones para organizar un evento de este tamaño, así que después de muchas pláticas y negociaciones entre la ONU y los diversos países firmantes del Acuerdo de París, se tomó la decisión de llevarse la cumbre oficial a Madrid, España. La cumbre de los pueblos se mantiene en Santiago, con lo que por primera vez tendremos una serie de movimientos desde el Sur Global hacia el Sur de Europa. En Madrid los cabilderos tendrán que pisar el acelerador para continuar con las negociaciones hacia el nuevo pacto verde promovido fuertemente por una supuesta izquierda progresista, preocupada por la naturaleza, eso sí, desde el Norte Global y con una mirada desarrollista, una  falsa declaración de emergencia climática, fortaleciendo aún más el modelo de producción-consumo, con una serie de variaciones que permita ir avanzando en la cuarta revolución industrial que ya viene en camino y que tiene como característica la mutación del capitalismo hacia un neofeudalismo mucho más agresivo y sectario entre clases.

Greta: la rebelión blanca.

Haber logrado que la cumbre oficial cambiara de sede, es una victoria de este movimiento colectivo chileno, que no estoy muy seguro que esperaran esto; digamos que es un plus a la movilización. Esto deja claro que el hartazgo y la indignación de las poblaciones afectadas por las medidas criminales de los gobiernos, el FMI, las corporaciones institucionales han sobrepasado las estrategias del sistema para mantener el control sobre los territorios y la naturaleza. El sur se esta movilizando en un nuevo ciclo de resistencias callejeras, donde parece que el miedo comienza a cambiar de bando y donde para tener un cierre de este ciclo de movilizaciones ante el inminente colapso civilizatorio se tiene que ir más allá. La organización colectiva es la clave para lograrlo. Esta victoria contra la COP25 se tiene que traducir en algo más, darles mayor respaldo a los procesos colectivos, horizontales, de búsqueda e implementación de alternativas al colapso, de ahí la importancia de mantener la cumbre de los pueblos en un país que desaloja a los gobiernos y les da la bienvenida a todos los pueblos del mundo.

¿Ahora que sigue? Con Madrid como nueva sede de la cumbre oficial, manteniendo las mismas fechas, sin importar la premura para organizar un evento de este tamaño, es importante notar la necesidad del sistema de clases de no detener la cuarta revolución industrial, la urgencia de seguir avanzando en sus procesos hacía un nuevo modelo de producción-consumo donde se mantenga el control y la extracción de la naturaleza por parte de los que tienen el poder económico y político, con  grueso de la población en situaciones de precariedad, y de violencia socio-ecológica. El nuevo pacto verde, del cual hablaremos en otra ocasión es un ejemplo de esto. El Sur al servicio del Norte, con el pretexto de la emergencia climática y una falsa sustentabilidad. Que mejor que la Europa del Sur para presentar este nuevo acuerdo con bombo y platillo. Aquí se antoja una coordinación entre la cumbre de los pueblos y lo que sean capaces de organizar los distintos movimientos europeos para hacer una especie de pinza de presión, no solo para lograr -ahora sí- un fracaso total de la COP, sino con esto poner la primera piedra de la tumba de estas reuniones tan inútiles.

Nueva sede: Pongamos que hablo de Madrid

Cambiar la sede de la COP25, así como mantenerla para la cumbre de los pueblos, en términos reales no cambia nada lo que nos enfrentamos, la crisis climática producto de una crisis aún mayor que nos lleva al colapso va más allá de en que lugar se llevan a cabo estos dos eventos, el verdadero cambio se verá después, y en estos próximos días se decidirán muchas acciones que serán punto clave para lo que se viene en un futuro no muy lejano. O nos acercamos al fin del Antropoceno de la mano de un sistema de clases que busca en el neofeudalismo su nueva forma de gobierno, donde las zonas de sacrificio irán en aumento, hasta ser los espacios de supervivencia más común entre las clases más empobrecidas, o comenzamos a trabajar en una nueva forma de relacionarnos una vez que este colapso tome mayor fuerza. Esa es una decisión que tenemos que tomar pronto, pues el sistema de clases ya esta trabajando para poner en marcha su plan con lo que la vida de millones de personas y el equilibrio ecológico del planeta están en juego.

Desde la Rebelión contra la Extinción

La Habana, Cuba, noviembre del 2019

Por Jorge Tadeo Vargas, director de lidecs.org

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