Veo con tristeza que los ciudadanos nos hemos quedado solos, huérfanos de verdaderos representantes, para enfrentar las malas decisiones que ha tomado quien encabeza la responsabilidad de gobernar el estado, Claudia Pavlovich. Los partidos políticos en el congreso del estado, o en los ayuntamientos, simple y sencillamente se han sumado al carro tricolor y poco o nada hacen por diferenciarse del omnipresente Partido Revolucionario Institucional.

No solo fue el triste espectáculo que brindaron los regidores del PAN en el municipio de Hermosillo cuando se aprobó la concesión del Servicio de Alumbrado Público, los acuerdos en lo oscurito para que se incrementaran las tarifas del servicio de agua potable y el incremento en las multas de tránsito; sino que ahora nos salen con que se aprueban la gran mayoría de las cuentas públicas municipales y le extienden un cheque en blanco a la “gobernadora” al aprobar la cuenta pública estatal.

Se acabaron los tiempos en que los partidos de oposición convocaban a hacer manifestaciones de protesta e incluso se atrevían a tomar los edificios de gobierno mal llamados palacios. Hoy el ejercicio de la política consiste en hablar mucho y hacer prácticamente nada. Nuestros “ilustres” representantes encontraron la comodidad de contratar personal para que se encargue de elaborar discursos huecos sobre políticas públicas, en lugar de contratar a verdaderos profesionales que podrían encontrar en las instituciones de educación superior, con que cuenta nuestra entidad, para dar solución de fondo a diversas problemáticas que tal parece que llegaron para quedarse.

Por ejemplo, la contaminación de terrenos por rumbos del sur de la ciudad es un problema añejo que lleva décadas desde que se instaló el Cytrar en ese lugar y del que poco sabemos cómo opera hoy en día, habría que agregarle el problema reciente de la contaminación del Río Sonora y lo poco que nos informan acerca de cuál es realmente el grado de contaminación del agua que consumimos los que vivimos en Hermosillo. La devastación de las pocas áreas verdes con que contaba nuestra ciudad ha provocado, sin duda, un incremento en la contaminación del aire, pero nadie nos informa qué niveles se han alcanzado en los últimos años.

Seguimos exigiendo Justicia en torno a la tragedia de la Guardería ABC, pero nuestros “representantes” no mueven un solo dedo para impulsar un avance importante en las investigaciones. Al conflicto generado por el Acueducto Independencia, que surte de agua a nuestra capital, ahora hay que sumarle el conflicto generado por el gasoducto que tiene, una vez más, enfrentados a los Yaquis con el poder económico de unos cuantos, quienes a final de cuentas son los que realmente gobiernan al estado de Sonora.

La proliferación de los “consejos ciudadanos” solo ha servido para incrementar los costos del quehacer político, brindándoles un jugoso sueldo a quienes validarán las triquiñuelas de los “políticos”, tal y como lo ha hecho la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y ahora se unirán seguramente el Comité Ciudadano Anticorrupción que nació muy cuestionado, así como el Consejo Ciudadano del Transporte, que sin consultar a quienes supuestamente representan, autorizaron el incremento de las tarifas de transporte con la promesa, siempre incumplida, de que mejoraría el servicio.

Hay muchos temas más que agregar, pero resulta inútil mencionarlos mientras no asumamos como sociedad el reto de organizarnos y darle un giro a las nefastas “costumbres” políticas. Por eso, en Hermosillo hemos decidido un grupo de inquietos ciudadanos darle vida a un grupo que impulsará las candidaturas independientes. Nació como Hermosillo Independiente y en poco tiempo muestra un gran potencial, Asumimos pues, la tarea de ofrecer una alternativa a la sociedad hermosillense y pronto se habrán de conocer las propuestas y plataforma de gobierno que se pondrá al escrutinios de los ciudadanos de este importante municipio de Sonora.

Isabel Dorado Auz

auz3@correom.uson.mx