Por: Aarón Tapia.

En la década de los setentas la izquierda mexicana trató de llevar a la agenda pública sus causas y la respuesta del gobierno fue iniciar una encarnizada guerra sucia para mandar a la clandestinidad todas esas demandas basadas en la justicia social y derechos políticos. Y es de esos momentos de donde deviene Rosario Piedra Ibarra, la nueva presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), con un hermano integrante de la liga 23 de septiembre que fue secuestrado y desaparecido por el poder del estado. El 1 de abril de 1974 a su padre, el doctor Jesús Piedra Rosales se lo llevó la Policía Judicial por buscar a su hijo, lo sacó de su consultorio en presencia de sus pacientes y de su secretaria. Lo torturaron, lo ahogaron en agua con productos químicos que se usaban para revelar fotografías y le fracturaron la columna vertebral. Pasó más de tres meses en el hospital.

Su esposo también doctor, Germán Segovia, secuestró un avión (el 8 noviembre de 1972 para liberar a sus compañeros que habían sido apresados ilegalmente) que dirigió hacia Cuba y después a Italia y regresó a Monterrey amnistiado en 1980, pero, ante meses de hostigamiento por amenazas anónimas de muerte y tortura contra él y familiares, el 25 de diciembre de 1981 se suicidó con un disparo en la sien.

Foto: Cuartoscuro.

En abril de 1977 su madre Rosario Ibarra, fundó el comité Eureka, en pro de los desaparecidos, perseguidos, presos y exiliados políticos.

Es esta la historia que culmina con la llegada de Rosario Piedra a la CNDH, les guste o no a la derecha y a su legión aliada de la comentocracia.

Me parece muy trascendente el hecho de que se haya dado una ruptura con 30 años de una gran simulación y despilfarro en la CNDH, apropiada permanentemente por personajes asociados al poder del presidente en turno, ocupando la presidencia de dicha comisión en procesos arreglados mediante negociaciones, reuniones en lo oscurito y repartición de prebendas para diferentes grupos políticos. Los presidentes de la CNDH en estos poco mas de 30 años perteneció al grupo político del instituto de investigaciones jurídicas de la UNAM, mediante una mafiosa cuota de poder entregado al grupo de Jorge Carpizo McGregor, difunto ya, que fue rector de la UNAM, presidente de la CNDH, procurador general de la república, secretario de gobernación, y el fundador de esta institución que se generó durante el gobierno corrupto y represor de Carlos Salinas De Gortari, es decir, desde su génesis este órgano portaba el gen de la simulación.

Todos los presidentes de la CNDH fueron antes o después miembros de instituciones policiacas o de procuración de justicia que se trasladaban de un lado a otro, de ser los perpetradores de la mano dura, cubrían el hierro de sus manos con guantes de seda y brincaban a ser los presuntos defensores de los derechos humanos.

La lista de todos estos que presidieron la CNDH, es una lista que jamás presentó buenos resultados que verdaderamente fueran trascendentes en lograr un punto de inflexión de un antes y después en los excesos del poder burocrático contra la ciudadanía y de un gasto tan enorme para una institución con resultados paupérrimos, con recomendaciones incumplidas en la mayoría de los casos, investigaciones demasiado largas, gran burocracia y el eterno concubinato con el poder presidencial en turno.

Rosario Piedra, es una víctima y a mi juicio este es un elemento fundamental, porque no es una pieza de los procesos del poder político, sino que, emerge de un proceso de una lucha histórica de décadas, asociada justamente a una defensa desde el activismo social frente al poder.

Quienes acusan y descalifican a Piedra Ibarra por la cercanía que pudiera tener con el presidente López Obrador, considero que sus argumentaciones son muy blandengues, porque no todo el poder se constituye de manera homogénea, porque si bien es cierto que, tanto Rosario Piedra como su madre Rosario Ibarra y la gran mayoría de los grupos defensores de los derechos humanos, están asociados en un proyecto electoral con Morena, pero también forman parte de un proceso de transformación con diferentes matices, quienes conocen la historia y trayectoria de la familia Piedra Ibarra, considerará que sería muy difícil que la nueva presidente de la CNDH estuviera dispuesta a asumir una postura de sumisión ante excesos del actual gobierno.

En lo personal me hubiera parecido un acto contundente y magnánimo que la misma Rosario hubiera pedido que se repitiera el proceso de votación en el senado para no dejar lugar a dudas sobre su designación, pero también hay que estar conscientes de que lo que sucedió en el senado con esa politiquería ramplona, circense y simuladora de democracia, es un asunto de lo cual no es responsable y que además, ella tiene la certeza de que representa esa parte de la historia de una sociedad vejada por el gobierno, aunado a ese traumatismo electoral que les genera una enorme desconfianza a este tipo de organizaciones de izquierda social porque durante mucho tiempo han experimentado que la llegada al poder por las vías tradicionales no han funcionado a plenitud y que siempre existe el riesgo latente de que los resultados de una votación en cualquier ámbito, la mano invisible de las diferentes representaciones de poder tienen la fuerza en dado caso de transformar cualquier resultado.

Me parece muy esperanzador y generador de una gran confianza entre millones de ciudadanos que han sido víctimas del abuso del poder gubernamental, que llegue a ese cargo una víctima que viene de un proceso de organización social y no solo de una designación del momento con la intención de seguir perpetuando el simulacro defensor de derechos humanos que se ha ejercido por más de 30 años y que ha sido vergonzosamente inútil y ajeno al sufrimiento de las víctimas en México.

Aarón Tapia. Periodista conductor del programa de radio La Tertulia Polaca en La Voz Del Pitic 88.1 FM y colaborador de análisis político en el noticiero Titulares de Radio Fórmula Sonora.

Tw: @Naranjero75

Publicado originalmente en: http://elsoberano.mx/opinion/rosario-piedra-una-historia-dolorosa-que-genera-esperanza-y-provoca-a-la-derecha/