Es la pregunta que se hacen la abuela y la tía de Naomi, de 9 años, una de las menores que desapareció (se fue, se fugó, se extravió, póngale como quiera, porque ni eso sabemos) en algún momento dado entre el domingo 12 de marzo por la tarde y el lunes 13 por la mañana.


Quizá la pregunta sea ¿Qué pasó detrás de los muros de Unacari?, pues estando a punto de publicar esta nota tal como viene a continuación, nos enteramos de que los tres hermanitos ya están con su familia. ¿Final feliz? No sabemos, por lo pronto, todo el calvario de la Familia Hernández Escareño debe quedar registrado y público. Aquí va:


Es la pregunta que se hacen la abuela y la tía de Naomi, de 9 años, una de las menores que desapareció (se fue, se fugó, se extravió, póngale como quiera, porque ni eso sabemos) en algún momento dado entre el domingo 12 de marzo por la tarde y el lunes 13 por la mañana.

Aquí es donde empiezan las inconsistencias, pues a los familiares se les avisó hasta el martes 14. ¿Por qué? Quizá, y sólo quizá porque los martes es día de visita, y es cuando los familiares tendrían que enterarse de que los niños no estaban.

Ese día 14, María Florencia Escareño e Isabel Hernández Escareño, abuela y tía, se pasaron toda la mañana esperando que alguien de Unacari las atendiera, que les diera más información, cómo fue posible que se hubieran ido, y sobre todo, porqué no se había emitido la Alerta Amber, pues hacía más de 24 horas que cuatro menores que estaban en protección del Estado estaban extraviados.

Las respuestas fueron varias, una más increíble que la anterior: que sí la habían emitido (la Alerta), que siempre no porque era muy delicado, que siempre sí, pero que era una alerta interna (con los cuerpos policiacos), que siempre no y que en realidad eran ellas las que tendrían que ir a interponer una denuncia de desaparición ante la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, para que se pudiera emitir una Alerta Amber.

Esta última información se las dio personal de Unacari por quien fueron atendidas después de mediodía. Creemos que, de no ser por el video en vivo de PJNews Hermosillo y el reporte de Libera Radio, no hubieran sido recibidas.

Isabel y Florencia son tía y abuela respectivamente de tres hermanos que viven en Unacari desde hace dos años, pues la madre de estos, hermana de Isabel, está internada y en recuperación por problemas de adicción. El padre está preso. María Florencia, la abuela, va todas las semanas a visitarlos pues es la única autorizada para hacerlo, y desde hace tiempo inició los trámites para que le sea otorgada la tutela de los tres chicos.

En la tarde Isabel tuvo algo de información. Le dijeron que tres infantes (sin parentesco), incluyendo su sobrina, se habían ido con, o habían sido llevados por una adolescente también residente de la Casa Hogar.

En la noche, cuando aún no había ninguna información oficial, un nuevo video en vivo de los mencionados medios ciudadanos coincidió con la emisión, alrededor de las 9.00 pm, de una “Pre-Alerta Amber” por parte del organismo. ¿Casualidades? Posiblemente, pero la duda queda. En este video Isabel empezó a hablar de demandar al Estado, por las causas que resultasen procedentes.

Hasta ese momento se pudo conocer que los extraviados eran dos niñas, las dos de 9 años y de nombre Naomi, un niño de 9 años de nombre José Jesús, quienes se habrían ido bajo el liderazgo de Miriam Margarita, de 16 años.

En este video nocturno generado desde su casa, Isabel expone un dato que llama poderosamente la atención: el martes de la semana pasada recibió un mensaje de Unacari: que si no iba a ver ese fin de semana a los niños, los iba a perder. Mensaje extraño, pues la abuela, María Florencia, va religiosamente cada martes a ver a los chicos. ¿Tiene algo que ver lo dicho en este mensaje con lo ocurrido después? Ella no lo sabe.

Otro dato: como por casualidad, le preguntamos a un policía preventivo que si desde cuando sabía de la desaparición de los niños. Dijo que desde el domingo 12. Es decir, los menores tenían casi 48 horas con paradero desconocido cuando fueron avisados los familiares.

¿Y los protocolos ante situaciones de este tipo? ¿Esos son o no los siguen? ¿Y el trato humano, sensible, profesional de las autoridades? ¿Y la empatía?

El milagro de la reaparición se dio el miércoles 15.

Pero aquí brincan de inmediato las irregularidades. La información: que encontraron a los tres niños en una colonia, que ya estaban en resguardo. Y nada más. ¿Cómo fue que los encontraron? ¿En qué estado, con quien estaban, con quien se fueron? Son preguntas cuyas respuestas, hasta el término de esta redacción, no sabemos.

Y no sólo eso, Isabel y Florencia se enteraron de que habían sido encontrados porque le avisó un reportero, quien a su vez se enteró por… un tuit del @DIFSonora. Es decir, el DIF Sonora no tuvo mucha prisa por avisarles.

Otro día de pesadilla: toda la mañana y parte de la tarde a Isabel y a María Florencia no le dejaban ver a su familiar: que está dormida, que está muy cansada, que se está desayunando, que se está lavando la cara, que está en pijama, que…

Por alguna razón desconocida, no le permitían verla ¿Por qué? Con miedo ante la situación, Isabel empezó a exigir que un médico revisara a su sobrina, pues no sabía que era lo que ocurría.

En la tarde, Isabel pudo hablar con Wenceslao Cota Amador, el Procurador de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Sonora, quien les dijo que habría de designar un abogado para el caso, y que habrían de agilizar los trámites para que ese mismo fin de semana se llevaran a los tres niños. Buena noticia.

Sin embargo, el mencionado abogado asignado no sabía ni de qué se trataba el asunto, pero por lo menos Isabel y su esposo Ramón Humberto salieron sin problemas en los exámenes médicos y sicológicos, cosa que les permitiría llevarse a los niños.

Cuando por fin les dijeron que la verían, les advirtieron que Naomi esta todavía estaba muy “adormecida”, que había tenido una crisis nerviosa a media tarde y que la tuvieron que sedar, que había hecho destrozos en un cuarto. ¿Crisis nerviosa, después de dormir todo el día? ¿Destrozar un cuarto? ¿En serio, una niña de 9 años?

Dos horas después la vieron, salió caminando por su pié pero sostenida por la sicóloga, con los ojos medio cerrados. A Isabel no la reconoció, pero a la abuela sí. Vieron unos minutos a los tres hermanos, por lo menos para saber que estaban bien.

Isabel platicó entonces con la lic. Inés de la Cruz Aguayo Valenzuela, Subdirectora de CAIM-UNACARI quien, en lugar de explicar qué pasó, cómo es que lograron burlar la seguridad y las bardas de 5 metros, cómo es que regresaron, por qué no la dejaron verla todo el día y etcétera, se puso a regañarla de que si porqué estaban los medios ahí afuera, y que poco lo importaba lo que dijeran de ella.

Entretanto, Wenceslao Cota daba declaraciones a la prensa, dijo que están investigando todo, dice poco o casi nada. Dice que no es raro que los niños de nuevo ingreso se fuguen. Pero Isabel sabe que Naomi tiene más de dos años en Unacari. El Procurador dice algo que no es exacto.

Miércoles 7.50 pm, exhausta, la familia se va a ¿descansar? No, a trabajar: doña Isabel trabaja de noche, entra a las 8.00 pm.

Entre martes y miércoles colectivos feministas y defensoras del derecho de la mujer emiten comunicados en defensa de Isabel y su familia.

Jueves 16 de Marzo por la mañana. No le permiten ver a la niña.  El lic. Bernado Yeomans le dice que él ha cometido un error de trámite, y que ese error va a demorar la entrega de los niños, no sabe cuánto tiempo.

Isabel y Florencia, sin saber que hacer, van a la Comisión Estatal de Derechos Humanos a media mañana, donde ponen una denuncia, cuentan todo lo que les ha ocurrido. Les dicen que sí, que con todo gusto les darán proceso a su queja, que posiblemente les puedan acompañar a Unicari en… dos semanas.

Isabel y Florencia, al borde del llanto, exigen ayuda: “¡Todo puede ocurrir en dos semanas! ¿Qué les está pasando ahí dentro? ¿Acaso los querían dar en adopción? ¿Qué tanto esconden? ¡Vayan con nosotros!”

Ante el reclamo, los individuos se mueven, hablan por su celular, reciben llamadas, murmuran, asienten. Comunican que las acompañarán.

Isabel y Florencia están desesperadas. ¿Qué hacer, cuando estás absolutamente desamparada frente al Estado? ¿Organizas marchas, bloqueas una calle, huelgas de hambre?

¿Y la Sociedad?

¿Dónde están los abogados altruistas, solidarios? ¿Dónde los abogados humanistas? ¿Acaso temen algo?

¿Dónde están los medios masivos, las radiodifusoras y su enorme espectro de noticieros matutinos, las televisoras? ¿Les pidieron “amablemente” que se mantuvieran alejados, que hicieran el silencio, o que lo tomaran con algún sesgo?

Con honrosas excepciones, los noticieros no han tocado el tema, menos aún han buscado a los familiares para que escuche su voz por esos medios.

La falta de respuestas, la falta de claridad, el sigilo, la turbiedad en el proceder de las autoridades preocupa y genera cualquier cantidad de elucubraciones, sobre todo por la amarguísima experiencia que dejó el sexenio pasado, con la conocida venta de menores para adopción ahí mismo, en esa misma institución.

¿Qué pasa dentro de los muros de Unacari?

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Hasta ahí la redacción antes de saber que ya les habían entregado a los tres hermanos, bajo la figura de convivencia, el mismo jueves 16 por la tarde. El martes 21 tendrá que renovar el permiso para quedarse con ellos, si todo va bien, otras dos semanas. Es decir, los permisos son temporales, por lo que puede ocurrir, teóricamente, que un día se los quiten.

Nos queda otra duda ¿así de rápido reaccionan siempre o tiene que ver que hubo medios que difundieron la denuncia?

¿Y los otros dos niños? ¿Y la joven de 16 años? ¿Y sus familiares? ¿Y todos los demas niños?

De lo que pasó después ese día, les dejamos este video. No se alcanza a escuchar, pero en un momento dado, uno de los niños al ir saliendo con su familia, voltea hacia el edificio y grita: “¡Hasta nunca!”

Redacción/Libera Radio.

Ligas de interés: 

http://proyectopuente.com.mx/2017/03/16/los-menores-escaparon-unacari-fueron-encontrados-en-domicilio-la-invasion-guayacan-determinaran-llegaron-ahi-wenceslao-cota-amador-procurador-la-defensa-del-menor/