Cierto, muy cierto es que en muchos casos el cuidado en casa por parte de las abuelas hacia sus nietos, es más positivo que el de las Estancias Infantiles con niños y niñas de padres y madres trabajadoras.

Y no se trata de posturas conservadoras, en realidad la situación a la que se enfrentan miles de trabajadores al tener que dejar a sus hijos para cumplir con la jornada laboral, es severa.

Por ejemplo en las ciudades frías en donde las temperaturas del invierno con mucha frecuencia llegan a los cero grados centígrados, amén de las ciudades con menos seis grados centígrados, como la frontera norte de Sonora,  Nogales, Agua prieta, Naco y Nacozari, así como en los estados de Chihuahua y Durango donde son las empresas maquiladoras las más estrictas con los horarios del trabajador.

Cada año en el invierno decenas de miles de trabajadores salen de sus casas en  la madrugada, alrededor de las seis de la mañana niñas y niños son envueltos en cobijas para protegerlos del frío y ser trasladados a pie a Estancias Infantiles. Sus padres deben llegar antes de las siete de la mañana a sus centros de trabajo. En la mayoría de los casos las maquiladoras no cuentan con servicio de transporte para sus empleados, de modo que sí, en estos casos el cuidado en casa resulta una mejor alternativa para niñas y niños de padres trabajadores.

Cierto también que ésta alternativa de cuidar a los hijos en casa por parte de los abuelos ya es una realidad que difícilmente ha sido remunerada, es decir, miles de abuelas cuidan a sus nietos sin remuneración económica alguna.

Por ello, creo que tiene toda la razón el diputado Gerardo Fernández Noroña cuando en la Cámara de Diputados en plena discusión sobre el tema del presupuesto para Estancias Infantiles se dirige a la furibunda bancada panista y dice: “se les acabó el negocio con los niños y las niñas del país, las estancias seguirán pero no el negocio, no el lucro con los  niños y las niñas del país, se les acabó todo el negocio al cobijo del poder público. Las Estancias seguirán pero no el negocio al amparo del poder público”.

Así es, creo que en el tema de Estancias Infantiles la preocupación mayor de la bancada panista, así como de muchos otros mexicanos no son los derechos de la infancia, lo que en realidad les molesta es que el nuevo Gobierno ofrezca a padres y madres trabajadores la posibilidad de elegir lo que mejor convenga en el cuidado de sus pequeños mientras ellos trabajan. Durante años los apoyos que les brindó el Gobierno no trascendieron más allá de las Estancias Infantiles, espacios que como es sabido, en los últimos años se convirtieron en negocios personales al ser subrogadas a particulares.

¿Por qué ésta medida?

A poco más de dos meses de tomar las riendas del país, el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador ha mantenido una constante, su discurso y las políticas públicas que lo acompañan son inequívocamente el combate a la corrupción. Según sus propias palabras “la corrupción es el mayor mal en nuestro país”.

En efecto, decenas de falsedades acompañaron al régimen “prianista” durante sus gobiernos, acuerdos voraces de interés económico y político mantuvieron unidos a panistas y priistas durante décadas. Falsos proyectos de inversión al campo, por ejemplo, donde los recursos se quedaban en manos de los funcionarios. Falsas inversiones a la salud de los mexicanos. Burocráticas leyes que llevaron a la educación a ser objeto de decadencia en la enseñanza y de represalias laborales hacia los maestros.

La seguridad en la salud, la educación, la economía familiar, el empleo y hasta el cuidado de niñas y niños en guarderías, fueron vistos como negocio y no como un servicio público y obligatorio, como derecho humano que es.

En general, encontramos en todos los aspectos del antiguo régimen políticas neoliberales. Desprendimiento de las obligaciones del Estado, -incluida la supervisión- y reparto de bienes y servicios sin ton ni son a depredadores particulares.

¿Acaso las políticas neoliberales no llevaron a millones de mexicanos a la extrema pobreza? ¿Acaso la clase trabajadora no sufrió su mayor revés en los últimos años? ¿Acaso las enfermedades mortales no despuntaron de manera alarmante en nuestro país? ¿Acaso no es cierto que el régimen “prianista” heredó políticos multimillonarios que ahora son juzgados por delitos mayores? Claro que es cierto.

La corrupción es el mayor mal de nuestro país reitera el Presidente de México, y en el caso de las Estancias Infantiles, ha declarado claramente que los propietarios de las Estancias manipulan la información acrecentando la lista de niños que asisten a estos centros cuando en realidad no es así, lo hacen para obtener más ingresos por los supuestos cuidados, pues la subrogación implica un pago directo por cada niño que asiste.

Esas Estancias Infantiles como ya se ha documentado, hasta hoy y en su mayoría, son el negocio redondo de amigos y familiares de influyentes políticos en turno, por decir lo menos. Y lo son porque en distintos espacios se ha denunciado que las condiciones de apertura no se cumplen, es decir la obligación del Estado de supervisar correctas instalaciones no se ejecutaron  correctamente.

Me queda claro que cuidar niños requiere inversión económica para solventar las adecuaciones materiales y humanas que den seguridad a los niños. Pero sobre todo me queda claro que se requiere vocación para el cuidado de los niños, se requiere responsabilidad moralmente mayor y no mercantil.

De modo que dar a madres y padres trabajadores la posibilidad de elegir sobre el cuidado de los hijos ofreciendo directamente a ellos el dinero que se requiere para el cuidado de los pequeños, no es una mala idea. De esa manera si bien no se anula, sí se disminuye la posibilidad de que “los intermediarios” hagan mal uso del recurso. Lo que al mismo tiempo lleva a las Estancias Infantiles a mejorar sus servicios, y que sin duda son un gran beneficio para padres y madres que sí desean y pueden llevar a sus hijos.  

Cabe señalar que como en otros casos, los llamados “intermediarios” son el punto medular en donde el camino se bifurca y el dinero que es destinado al bienestar de la población, se redirige a particulares que se enriquecen.

En el caso de reparto de apoyo a adultos mayores se encontraron listas de personas que no existen, padrones creados con nombres fantasma que permitían el robo de los recursos.

La distribución y venta ilegal de derivados del petróleo, son hasta hoy el caso más emblemático de la corrupción que señala el Presidente de México. “Intermediarios” así llaman López Obrador y su equipo de trabajo a activos trabajadores que al amparo político saquearon al país con la falsificación de información y el despojo de bienestar para la ciudadanía en general. Existen en Pemex y en Sedesol ahora secretaría del Bienestar, y en muchas otras Secretarías y dependencias federales indistintas.

Me queda claro que estas medidas de redistribución de la riqueza que emprende el nuevo Gobierno y beneficia a la ciudadanía en general, afectan intereses políticos y económicos mayores. Por ello entiendo que en poco tiempo la “oposición” del gobierno de Morena, incluidos pensadores, analistas y sobre todo los diputados panistas a los que se dirigió Fernández Noroña, se hayan convertido en un bloque de individuos amnésicos que se perfilan como una “derecha golpista”.

Me queda claro también que de parte del Gobierno Federal hay suficiente honradez para enfrentarlos, faltaba más.

Por: María Dolores Rodríguez Tepezano.

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