#DíasDelFuturoPasado Vol. 19

“La tierra es para cultivar alimentos, las placas solares van en los techos de las casas”

Compañera Italiana de una cooperativa de energía

Si se habla de energía, en los últimos años se está hablando de crisis climática, del cenit del petróleo, de la promoción de las energías renovables mal llamadas limpias y de la necesidad ─dicen los especialistas─ de transitar hacia ellas de una forma justa y ordenada, es decir, continuar usando combustibles fósiles hasta que podamos abastecer todas nuestras necesidades energéticas sin depender del petróleo.

Algunos investigadores muy optimistas usan un concepto para hablar de los hidrocarburos, el concepto es “combustibles de transición” y se dice que para el 2050 debemos de estar libres de esta dependencia y solo usando renovables. Si la ONU está en lo cierto y nos quedan solo once años para detener el cambio climático, pues veo muy difícil lograrlo si nos quedan 30 años para dejar de usar combustibles fósiles. En fin, esta hegemonía de los hidrocarburos es a nivel global, donde solo algunos países del Norte Global están haciendo esfuerzos por un verdadero cambio en los energéticos que utilizan.

En México, con la llegada de la 4T, su política ambiental no tiene ningún cambio significativo en relación a los gobiernos anteriores, al contrario, podemos ver un retroceso en materia de cumplir con algunos acuerdos internacionales de reducción y mitigación, como el Acuerdo de París. La refinería de Dos Bocas, en Tabasco, la promoción del carbón, otorgándole un presupuesto mayor que el de las renovables, mantener y aumentar las plantas de ciclo combinado como principal forma de producción de energía a pesar de ser de la industria que más CO2 arroja a la atmósfera, son atrasos en materia de política energética. En las renovables se quedan con la solar/fotovoltaica y al eólica; la primera es la que recibe mayor presupuesto para poner en marcha algunas “granjas solares” en el norte del país. No se habla de otras renovables como pueden ser la mareomotriz por dar un ejemplo.

El panorama no pinta mejor o distinto que cualquier otro país en todo el mundo con pocas y honrosas excepciones, pero es el mismo: mantener la hegemonía de los hidrocarburos, carbón incluido. Las renovables son parte de la estrategia de capitalismo verde, y así piensan continuar hasta el 2050 sin importar lo que digan las investigaciones serias sobre el cambio climático y sus impactos. Aquí vale la pena hacer una pausa y preguntarnos: ¿Las energías renovables son la solución? ¿Usándolas podemos salir de la crisis climática? ¿El problema son SOLO los combustibles fósiles o también es la matriz energética? Preguntas de fácil respuesta si me lo preguntan.

El modelo o matriz energética actual se basa en mega proyectos que se instalan en zonas claves para lo cual desplazan ecosistemas y comunidades humanas dándole paso a grandes instalaciones que pueden ser hidroeléctricas, plantas de ciclo combinado, entre otras, con lo que comienzan a producir energía y contaminación en el aíre, tierra y agua, además de que esta energía no es para satisfacer las necesidades de las comunidades cercanas, las cuales no tienen acceso a ella con lo que tenemos un segundo momento de injustica socio-ambiental, el primero viene con el desplazamiento de personas y naturaleza. Esto sucede incluso con las mal llamadas energías limpias o renovables, el caso de los parques eólicos en Oaxaca son el mejor ejemplo de ello.

No se trata de qué tipo de combustible se usa para producir energía, es mucho más que eso, es una matriz energética que prioriza las necesidades del modelo de producción-consumo antes que a la naturaleza y los seres humanos. Cualquier megaproyecto energético que ponga en riesgo a los ecosistemas y a las poblaciones humanas no puede ser considerado como un proyecto sustentable y limpio, al contrario, es privatizador, extractivo y criminal. Mientras esta matriz sea centralizada y controlada por el Estado y/o por algunas corporaciones transnacionales (como es el caso de México y la mayoría de las renovables) es imposible pensar en una verdadera autonomía energética. La lucha para lograrlo, es un cambio de raíz sobre la matriz energética hacia una más colectiva, comunitaria, al menos municipalista, para así romper con el control que se tiene actualmente, además que permite que sean las propias comunidades quienes decidan cual es el tipo de combustible a utilizar, el que se tiene más a la mano, el más sustentable y sostenible para esa comunidad.

Las cooperativas de energía que desde la década de los 70’s del siglo pasado funcionan en algunos países de Europa son un ejemplo de hacia dónde podemos caminar, claro esto se tiene que hacer desde nuestras propias necesidades y limitantes, para no repetir errores que se vienen presentando en esos países, donde algunas cooperativas se han convertido en verdaderos monstruos corporativos difíciles de controlar por parte de la mayoría de los usuarios, convirtiéndolos en eso, en meros usuarios, cambiando así de matriz pero no de modelo. Los proyectos comunitarios deben ser así, comunitarios, más en corto, con gente con ideas afines, con la energía manejada por ellas mismas.

Ante el inminente colapso civilizatorio y la redefinición geopolítica global que se viene, modificar nuestra matriz energética, apropiándonos de ella, partiendo hacia una matriz comunitaria y colectiva es un primer paso para ir armando la resistencia contra este modelo de producción-consumo y el sistema de clases que lo sustenta.

Desde la rebelión contra la extinción

Zinacantepec, junio, 2019