#DiasdelFuturoPasado volumen 22

Si nos quedamos con el concepto ecosistémico de la migración, esta es parte fundamental de las dinámicas poblacionales que mantienen a los ecosistemas y a la naturaleza sana, funcional. Por lo que la migración de los seres vivos es necesaria para identificar la salud de la naturaleza, incluso existen modelos matemáticos para esto.

Ahora, si el concepto lo dejamos solo para los seres humanos, la definición sigue siendo la misma. Las personas migran por una necesidad de buscar nuevas oportunidades, que no necesariamente tienen factores negativos para hacerlo, muchas veces son factores positivos. Las culturas evolucionan con la migración, las comunidades se enriquecen con ellas. Entonces, si entendemos la migración desde la visión ecosistémica y la visión socio-cultural esta no es solo un derecho, sino que forma parte de los aspectos bioculturales.

Centros de detención de migrantes en Texas.

 Dicho esto, tendríamos que ver si la gran mayoría de las personas que dejan sus países en las condiciones que lo hacen actualmente, son las condiciones reales de migración o lo están haciendo forzados por factores negativos que los obligan abandonar sus comunidades. Son cientos de miles de desplazados que según la organización española Ecologistas en Acción, en 30 años estos pueden alcanzar la cifra de 200 millones de desplazados en todo el mundo, con todos los impactos que esto conlleva.

Existen varias razones para el desplazamiento forzado y aunque en estos días se habla de la crisis climática como la única causa, esta es solo una consecuencia de una crisis mayor que va desde una deuda económica y ecológica injusta que permite a los países del Norte, las corporaciones transnacionales y las Instituciones Financieras Internacionales continuar privatizando la naturaleza para ponerla a su servicio, con lo que el modelo de producción-consumo extractivo mantiene su hegemonía. La crisis sistémica que se presenta como una crisis ecológica nos tiene en jaque con la perdida de grandes territorios.

Esta crisis sistémica que está modificando para mal la naturaleza en aras del desarrollo capitalista –llámese de estado o neoliberal- es la causa principal de los desplazados que no están migrando porque así lo quieran hacer. Ni lo hacen en las mejores condiciones para ellos; al contrario, son estigmatizados, criminalizados y por lo que estamos viendo en el trato que los Estados Unidos le están dando a los desplazados que llegan a ese país, nos queda claro que en el camino pierden sus derechos humanos en toda la travesía hasta que son encerrados en jaulas.

Detenidos por la Border Patrol en EEUU.

Hay que aprender a diferenciar entre migrar voluntariamente y ser obligados hacerlo, entre ser un migrante y ser un desplazado. Los primeros la tienen relativamente fácil, lo planean, lo hacen en condiciones favorables, los segundos viven una pesadilla, incluso cuando pasan hacer refugiados las cuales sobreviven en condiciones infrahumanas.

El llamar las cosas por su nombre y reconocer estos desplazamientos y sus causas-raíz permiten no solo dignificar a estas personas, sino buscar una salida de este sistema de clases injusto y criminal.

Desde el colapso civilizatorio.

Zinacantepec, julio 2019.