El impacto que tienen los alimentos procesados en toda la cadena de producción-distribución-consumo es un alto generador de emisiones. Un ejemplo de esta cadena y sus impactos puede verse en un estudio reciente que muestra que un desayuno que incluya leche y cereal Kellogg; los productos que lo componen vienen de 20 países diferentes de tres distintos continentes. Todo esto sin mencionar la externalización de las emisiones llevándose la agroindustria a países con bajos salarios y escasa normatividad tanto laboral y/o ambiental.
Por. Jorge Tadeo Vargas.
En el último informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU (el IPCC por sus siglas en inglés) se menciona que la mitad del aumento los Gases de Efecto Invernadero (GEI), mismos que son los causantes del cambio climático que estamos viviendo en la actualidad han sido emitidos en los últimos 25 años. Es decir este aumento de emisiones se ha dado de la mano del aumento de los tratados y acuerdos comerciales internacionales; mismos que son la estrategia del sistema neoliberal para continuar con su modelo de producción-consumo, voraz, extractivo y privatizador.
Ahora; mientras los gobiernos siguen organizando Cumbres Climáticas desde donde buscan fortalecer el sistema neoliberal maquillado de sustentable y socialmente responsable, a la par han comenzado a darle forma a una serie de acuerdos comerciales internacionales que han mantenido en completo secretismo y donde la participación de cualquier voz crítica ha sido descartada de las negociaciones. Estos acuerdos buscan fortalecer aún más a las economías del Norte Global donde los gobiernos solo sirven como negociadores oficiales tanto en el Norte como en el Sur Global para que las corporaciones transnacionales puedan poner sobre la mesa y en los acuerdos finales de estos tratados sus necesidades de expansión, extracción y privatización de los bienes tanto naturales como estratégicos en los países que participan en estos acuerdos comerciales.
Y si bien estos se vienen poniendo en marcha desde hace 25 años; en los últimos años, con una promoción y cabildeo muy fuerte por parte de los Estados Unidos se han ido dando los pasos para la construcción de tres acuerdo que aumentan los factores de riesgos de la ya de por si delicada situación socio-ambiental que vivimos en todo el planeta. Estos tres acuerdos que dan otro significado mayor al concepto de globalización se dan en tres bloques. El primero es con la Unión Europea llamado: Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión o el TTIP; el segundo con una docena de países participantes que pertenecen a la Cuenca del Océano Pacifico conocido por sus siglas TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica) y el tercero que es mucho más amplio en región geográfica pero más específico en cuanto a lo que pretende abarcar y se queda como un Acuerdo Internacional de Servicios (TISA por sus siglas en ingles).
Y aunque en el Tratado del Área de Libre Comercio de Asia y el Pacífico no están metidos los Estados Unidos; es un tratado que claramente entra en competencia con los otros y es la respuesta China al intento Norteamericano de sacarlos del Mercado Global. Para motivos de interés geopolítico y de espacio en este texto hablaremos solo del TPP y sus claros impactos en el clima global; causados por los impactos socio-ambientales locales, además de ser el que nos afecta directamente como país. Asimismo, tanto el TTIP y el TPP son similares en acciones y negociaciones entre los países participantes.
En la pasada Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de la ONU, celebrada en diciembre del 2015; en la ciudad de París, Francia se dio un acuerdo histórico al ser la primera en que los acuerdos y las negociaciones alcanzaron un nivel máximo de países firmantes que posteriormente se ratificó en New York en abril de este año. Aunque es un acuerdo muy poco vinculante, sin tener un solo punto a su favor; resulta curioso como la totalidad de los países que han firmado el TPP han tomado una serie de compromisos (no vinculantes) en esta COP; con lo que queda claro que existe una contradicción entre lo que se firma en relación a cuidado del medio ambiente y los derechos humanos relacionados a este; que no tiene carácter de obligatoriedad, que no tiene objetivos claros y que fomenta las falsas soluciones que promueve la economía verde; con lo que fortalece más un tratado comercial creado para darle más poder a las corporaciones, socializando con la 99 por ciento de la población y la naturaleza todos los costos socio-ambientales del mismos.
Son muchos los impactos socio-ambientales que dejan este tipo de tratados comerciales que nunca se hacen de manera equitativa; sino intentan aprovechar ciertos vacíos legales para expropiar, extraer y privatizar el mayor número de bienes naturales y/o estratégicos. Un rápido seguimiento a lo que fue el TLCAN y los impactos que ha causado en los últimos 25 años; nos dan un claro ejemplo de lo perjudicial que son estos tratados comerciales tanto para los países del Sur Global como para las poblaciones más vulnerables del Norte Global. Esto ha sido la constante en todos los países que desde la última década del siglo pasado se han agregado algún tratado económico internacional. Es una realidad intangible los impactos negativos en los derechos humanos y en la naturaleza.
Ahora bien: ¿De qué manera el TPP contribuirá en el aumento de la crisis climática actual? En primer lugar la relación desigual entre los países participantes deja en una situación de vulnerabilidad a los países del Sur Global; permitiendo que las corporaciones se valgan de los acuerdos del tratado y de los Mercados de Carbono para privatizar ciertos servicios y bienes estratégicos; con lo que el aumento en los GEI seria considerablemente mayor. Los tratados de libre comercio están hechos para aumentar el comercio; con lo que el comercio de alimentos –por poner un ejemplo- una de las industrias más contaminantes, con una cadena de producción-distribución-consumo que contribuye con un porcentaje mayor al 30 por ciento del aumento de emisiones a la atmósfera. Si a esto le sumamos las nuevas falsas soluciones como la Agricultura Climáticamente Inteligente podemos prever que el aumento será mucho mayor.
El otro aspecto importante que impactará en el comercio de los alimentos tiene que ver con la promoción de los grandes supermercados globales y los alimentos altamente procesados. El impacto que tienen los alimentos procesados en toda la cadena de producción-distribución-consumo es un alto generador de emisiones. Un ejemplo de esta cadena y sus impactos puede verse en un estudio reciente que muestra que un desayuno que incluya leche y cereal Kellogg; los productos que lo componen vienen de 20 países diferentes de tres distintos continentes. Todo esto sin mencionar la externalización de las emisiones llevándose la agroindustria a países con bajos salarios y escasa normatividad tanto laboral y/o ambiental. Transfiriendo con esto las emisiones a los países del Sur Global; con lo que causan mayores impactos socio-ambientales. De igual forma el aumento de los bio-combustibles se verá beneficiado con este tratado de libre comercio.
La industria alimentaria es solo una parte de todo el entramado que conlleva el TPP y los impactos de esta industria son de igual forma una parte de los que se van a generar; pero nos sirven para ejemplificar como estos tratados de libre comercio afectan en muchos niveles. La crisis climática de la que todos los países dicen tener un compromiso de detener; es una de las crisis que tiene una relación muy estrecha con el sistema neoliberal y su modelo de actuar por lo que cualquier discurso gubernamental que no tenga bases sólidas en un verdadero cambio sistémico solo es demagogia. Las falsas soluciones son parte fundamental en las negociaciones que se llevaron a cabo y están dentro de mucho de los puntos que se desarrollaron en estas negociaciones, principalmente aquellas que tienen que ver con energéticos, alimentos y otros bienes naturales y/o estratégicos.
