“Y luego fui padre. Mi percepción de la realidad automáticamente se amplió. Mis convicciones se robustecieron y me llené de una especie de energía que nunca en mi vida había experimentado.”

Por: Aldo Barrios.

Mi recorrido en el pensamiento político fue fundado en la frustración, la desesperanza y el terror; la melancolía me acompañó en mi juventud con un manto de incertidumbre, indolencia y cinismo. Pronto me convencí que el anarquismo era la única realidad que había que buscar. Sí, me parecía una utopía inalcanzable, pero, ¿por qué no verla como una meta y hacer todo lo posible por alcanzarla?

foto_0000000320141126103709Por lo general, la teoría marxista del cambio revolucionario se impone en todos los sistemas ideológicos que pretenden sustituir al del poder en turno, excepto el anarquismo. Es la única ideología que busca sembrar sus principios desde el cambio mismo, es decir, no se puede llegar a una sociedad anarquista por medio de una revolución violenta, nunca. Tiene que ser mediante un acuerdo social, y lo ideal es que el cambio sea paulatino, evitando en lo posible el impacto negativo en los individuos, y buscando siempre la justicia social y la abolición de las jerarquías.

Esto sólo se puede llegar por medio de la educación, y la formación de individuos conscientes (¿alguien recuerda algún comentario sobre nuestro sistema educativo?). Entonces, para mí, el anarquismo es perfectamente viable, sólo que no tenemos las condiciones necesarias para ejercerlo. Ese es el camino que tenemos qué transitar: el de crear las condiciones que nos permitan ser seres libres y conscientes, responsables e íntegros, y entonces decidir si necesitamos o no de algún tipo de gobierno. Pero por ahora todo el establishment (por no decir la oligarquía, o las  oligarquías -si se quiere mayor precisión-) trata de evitar que esto suceda.

ninasComo anarquista, hice mío el lema “contra toda opresión”, por consecuencia me hice feminista sin detenerme un momento a pensar en lo que ello significaba, tan sólo entendiendo que hombres y mujeres somos iguales y poco más. Mi inexperiencia juvenil no previó que aquello pudiera resultar un tanto más complejo de lo que creía al leer aquellos primeros textos sobre teoría libertaria y emancipación femenina. Creí, como se dijo en la teoría de la primera y segunda ola del feminismo, que la feminidad respondía a un concepto impuesto culturalmente por el patriarcado, que la diferencia entre géneros tan sólo se limitaba a la biología.

Mis lecturas siguieron cronológicamente los avances teóricos (aunque muy por detrás de ellos, por supuesto). La tercera ola de feminismo me marcó profundamente ya que conjuntó muchas de las inquietudes que me movían como individuo político. Aquí se comenzó a hablar de los distintos tipos de opresión y cómo funcionan como una red de control patriarcal. La tercera ola de feminismo comenzó a luchar con la misma intensidad por la igualdad de género, la justicia racial, la económica y la social. Se planteó una crítica por demás necesaria y constructiva a los anteriores feminismos.

pizarnik_ninas_600Y manado de esa crítica, se comenzó a hablar sobre las diferentes feminidades. Di por sentado que no tenía idea de qué se hablaba, lo acepté como neófito que ni sabe qué ondas. Sin embargo, ya para entonces estaba, sin darme cuenta, prejuciado por las teorías de los anteriores feminismos. Es decir, aunque acepté la teoría de las múltiples feminidades, no la comprendí, seguí creyendo, sin  quererlo, que la feminidad era una especie de condicionamiento cultural.

Y luego fui padre. Mi percepción de la realidad automáticamente se amplió. Mis convicciones se robustecieron y me llené de una especie de energía que nunca en mi vida había experimentado (llamémosle Responsabilidad). Sí, hasta antes de mi hijo, la verdad, me daba igual si todo se iba al carajo. Después de él, lo quiero arreglar todo ya. Quiero que el mundo entero evolucione de una vez y para siempre, y aprenda a vivir con solidaridad y empatía. Nada pierdo con soñar.

Y luego fui padre, otra vez (lo siento amigxs antiprocreativos, lxs dejé abajo -otra vez-, les prometo que pa la otra adopto), de una niña. ¡Y qué no he aprendido de ella! Infinidad de cosas, pero aquí sólo quiero recalcar una, que para mí fue una revelación. Por más que lo leí y lo escuché, hasta que conocí a mi hija me di completamente cuenta. La feminidad existe y es natural, y tiene muchas formas de manifestarse, y es hermosa. No hay día que no me maraville por esas sutiles diferencias entre mis hijos, la feminidad es una especie de cualidad felina, lleva implícita una elegancia muchísimo más sofisticada que la tosquedad masculina, sólo por recalcar, porque como se habla de múltiples tipos de feminidad, podemos hablar de múltiples tipos de masculinidad. Por lo tanto lo que hablo sobre la feminidad de la mujer lo extrapolo a la masculinidad del hombre.

34295Mi hija me ha enseñado a comprender realmente la importancia de reconocer nuestras diferencias y respetarlas y venerarlas. Por eso ahora, más que nunca, mi reconocimiento y apoyo para todas y todos quienes por algún u otro motivo no han encajado en los estereotipos que nuestra sociedad impone. La vida es maravillosa por sí misma, no necesitamos que los prejuicios y las aberraciones culturales nos digan de qué podemos maravillarnos y de qué no podemos.

Es hora de la abolición de los patriarcados, y el derrumbe de todos los que ostentan el poder y no hacen nada por cambiar la realidad que nos oprime a tantxs. Es hora de educar a las nuevas generaciones libres de la opresión de las cadenas culturales. Es hora de reeducar y liberar a las mentes aún sometidas por las abominables mentiras de los patriarcados.

Es hora de comenzar a ser conscientes de que podemos ser mucho mejores de lo que hemos sido. El cambio está comenzando, será paulatino, iremos sumando, poco a poco, pian pianito como dicen mis amigas las radicales feministas.

A ellas gracias, muchas gracias por resistir.