Por Milton Martínez.

El ciclo de vida de un periodista bien podría ser nacer, crecer, publicar (noticias que son igual que dar a luz a un hijo), venderse (algunos), revenderse (otros) y morir.

En este reducto sobre la vida de un periodista también cabe la satisfacción, la diversión, la preocupación, el desenfreno, las dosis casi incontrolables de adrenalina y la autoexigencia a informar sobre diversos temas.

Esa catarsis de escribir o redactar a diario la definió con maestría el incomprendido escritor cubano, José Lezama Lima:

¿Lo que más admiro de un escritor?: Que maneje fuerza que lo arrebaten, que parezca que van a destruirlo.

Que se apodere de ese reto y disuelva la resistencia.
Que destruya el lenguaje y que cree el lenguaje. Que durante el día no tenga pasado y que por la noche sea milenario.

Que le guste la granada que nunca ha probado y le guste la guayaba que prueba todos los días”.

Esta fruición, la callamos los periodistas.

II.

Los comunicadores tenemos frente a nosotros un reto.
En un mundo tan vertiginoso como los inquietos mil 200 millones de usuarios de Facebook. Es necesario, es urgente, crear un género periodístico para esta gran audiencia.

¿Por qué lo digo? Porque si antes se solía decir que no había una cosa más vieja que el periódico de ayer, ahora en este momento se puede afirmar sin temor a equivocarse que no hay una cosa vieja que un periódico de hoy.

Veo y leo que la vanguardia periodística se desvive por desaparecer casi todos los géneros periodísticos para solo quedarnos con la crónica y la entrevista, con su múltiples e incomprensibles variantes.

Solo hay que percatarse de los alcances periodísticos en comparación de toda la información veraz y atractivo que comparten los usuarios de redes sociales.

Las almidonadas posturas periodísticas se tienen que acabar, porque el manejo perverso de la información tiene a los comunicadores en una verdadera crisis de credibilidad.

El gran reto es parir ahora ese nuevo genero periodístico acorde a este tiempo porque en un futuro no muy lejano ya será de nuevo rancio.

Que inicie el diálogo.

III.

El silencio también se factura. El silencio también se fractura.

El riesgo experimentado por comunicadores no es un secreto. Por convicción los periodistas callamos chismes, intrigas, rumores, cotilleos, especulaciones y toda la información difícil de comprobar, pero por intereses personales o de grupo se silencian verdades, atrocidades e inimaginables realidades.

“El periodismo es la otra válvula de escape (Al igual que las leyes de transparencia, la equidad de género electoral, las candidaturas independientes, y AMLO, La esperanza de México)”
Milton Martínez.

Pocas veces tenemos la oportunidad de compartir esos silencios incómodos. Ahora enumeraré algunos que me trae la memoria:

La Ley de transparencia está incompleta. Contestan a medias cuando contestan y si no responden a las preguntas no hay sanciones ejemplares a funcionarios.

El sistema democrático es una mentira y mal contada, en donde importa más el que cuenta los votos que el que emite el sufragio.

México y su gente es tan bello que te das cuenta que lo único podrido es la casta gobernante, políticos y empresarios.

Los mexicanos debemos despertar para disfrutar de este paraíso que nos tocó vivir.

Ahora sí, hablemos todos.

 

Texto leído en el Segundo Foro Nacional de Periodismo y Comunicación.

Milton Martínez es periodista, corresponsal en Sonora de la Revista Proceso.

@Milton_Matz