#DíasdelFuturoPasado volumen 39

Por: Jorge Tadeo Vargas*

A un poco más de un año de que la 4T tomara el control del gobierno federal, así como de algunos gobiernos estatales y municipales, esto bajo la algarabía y la felicidad de millones de personas que hartas de los gobiernos anteriores decidieron votar por un cambio, uno que para muchas significaba algo bueno, para otras solo el beneficio de la duda a un nuevo gobierno que aparentaba tener cierta sensibilidad social.

A poco más de un año, el descontento se siente fuerte entre la población, pues las políticas de la llamada cuarta transformación no han ido por el rumbo prometido, sino que caminan por lo que hicieron los gobiernos anteriores. A lo mucho hay un cambio de actores en los panoramas políticos y económicos del país, un cambio que no ha servido para el beneficio del todas pero que se a dado. Hasta ahí. No hay más.

Encuentro en Ures en diciembre. No ha pasado nada.

Por mucho que el presidente y sus allegados decreten cada que les es posible el fin del neoliberalismo y traten de poner una marca donde termina este y comienza el nuevo gobierno. Este supuesto fin es solo en el discurso pues en la práctica diaria sigue vigente, sigue operando ahora con mayor impunidad que en los gobiernos anteriores, pues el gobierno actual está aprovechando al máximo la coyuntura tanto nacional como global para reforzar este sistema de clases. Las respuestas del gobierno a las crisis que se viven es culpabilizar a la población, tratar de convencer que son ellos, las comunidades en resistencia y no el sistema de clases las que están equivocadas haciéndole el juego a una supuesta derecha. Insultando, denigrando, violentando a cualquier movimiento critico a este gobierno.

En materia ambiental este nuevo gobierno que en palabras de ellos mismos se definen como posneoliberal, pero aun capitalistas tienen una falta de rumbo muy visible y cuando digo falta de rumbo me refiero a que no son capaces ni siquiera de simular una preocupación por tener una agenda ambiental definida, mucho menos tienen un rumbo por el colapso socio-ambiental que se viene encima. No se ve una diferencia entre el cambio de secretario de SEMARNAT de Josefa González Blanco a Víctor Toledo, quien en un primer momento aparentaba ser la mejor opción para el cargo; ahora es muy claro que fue un cambio de relumbrón. Toledo esta más interesado en aparecer en los medios de comunicación dando declaraciones absurdas, sin sentido, contrarias a lo que su puesto exige, en muchas ocasiones avalando proyectos que van en contra de los intereses de las propias comunidades y peor aún que ponen en riesgo ecosistemas enteros. Toledo y toda su gente alrededor son un claro ejemplo de la falta de idea y de rumbo que tiene esta supuesta cuarta transformación.

Si esto se da en terrenos del gobierno federal, donde algunos puestos son ofrecidos directamente por el presidente, el cual es mas que sabido que no tiene de que es una agenda ambiental, en las bancadas de MORENA tanto en el Congreso, como en las Cámaras tanto federal como local no saben por donde ir, quedado a manos del cabildeo de las empresas y las corporaciones para que sirvan a sus intereses. A lo mucho ven la naturaleza como mercancía que se puede administrar desde su lógica y desde su percepción errónea de lo que es sustentabilidad, la cual muchas veces la confunden con el concepto de desarrollo sustentable, es decir poniendo un precio a los ecosistemas, bajo la idea de que así se protegen. Para MORENA y sus aliados, la naturaleza es un recurso más, una mercancía a ofertar y por más discursos y supuestos planes de restauración que estratégicamente son escogidos por el gobierno con ayuda de sus cómplices, traidores de las resistencias que dicen apoyar y sin entrar a detalle -ya lo he hecho en otras columnas- a revisar las políticas y agendas de la 4T en materia de protección al ambiente, agricultura, pesca, energía, entre otras que deben de ir de la mano, es claro que no hay un rumbo definido, no tienen nada de intersectorial en sus programas, parece que lo que quieren es privatizar todo lo que se pueda, poner en manos de la iniciativa privada los ecosistemas, la naturaleza, las comunidades, así como deshacerse de todo aquello que les estorbe en sus planes. La 4T tiene la mayor cantidad de activistas en defensa del territorio asesinados en un año. Tal parece que, si los gobiernos anteriores nos llevaban de la mano hacia el abismo, el actual lo hace a empujones mientras nos culpa por defendernos.

Ante la falta de una agenda ambiental, la estratégica inoperatividad de Víctor Toledo en SEMARNAT, la complicidad de senadores y diputados de MORENA y partidos aliados, debemos de sumar las declaraciones del presidente que esta más preocupado por su imagen, por culpar a los movimientos en resistencia que por reconocer  la necesidad urgente de una verdadera agenda ambiental apegada a la crisis socio-ambiental global, de la mano de las necesidades de las propias comunidades con un enfoque ecosistémico.

Desde la rebelión contra el sistema de clases           

Febrero 2020

*Activista, escritor, anarquista, biólogo, panadero casero y coordinador de lidecs .