Por Eliseo Gaxiola

Primera parte

La tarde del domingo 8 de enero, la Puerta de México es el escenario del enfrentamiento entre policías estatales y manifestantes inconformes con el llamado gasolinazo. En medio de una lluvia de piedras, la policía estatal dispara balas de disuasión y detona sus armas de cargo hacia los manifestantes. En el lugar, los medios de información documentan casquillos percutidos de pistolas .9 y .40 mm así como cartuchos de escopeta.

La noche del domingo y en las primeras horas de la madrugada del lunes, se registran actos de vandalismo e intentos de saqueo en los que, según información de la policía estatal y municipal, participaron jóvenes infiltrados en el movimiento de protesta. Aparentemente, el anuncio de la captura de los jóvenes provocadores tendría la intención de crear inestabilidad y disolver el contingente de ciudadanos que empezaba a organizarse para exigir la liberación de los detenidos la madrugada del mismo domingo, durante el desalojo del campamento de las vías del ferrocarril que se había realizado tras seis días de bloqueo.

Sin embargo, los sucesos violentos que fueron conocidos a nivel nacional gracias al papel de las redes sociales y por transmisiones en vivo, en las que se muestra a varios agentes de policía accionar sus armas de cargo durante la protesta, obligaron al gobierno del estado a “ofrecer”, el martes 10 por la noche, una versión fantasiosa de los hechos que provocó en la población escepticismo y burlas hacia la explicación en la que autoridades de gobierno sostenían que tres jóvenes enmascarados habrían sido los responsables intelectuales y materiales del zafarrancho. El boletín de la Procuraduría de General de la República (PGR) destacaba un arsenal de armas largas, sobresaliendo un fusil Barrett M82, calibre .50 mm, el cual aseguraban le habría sido confiscado a uno de los detenidos horas después del zafarrancho y recalcaba que tanto detenidos así como materia del delito les fueron proporcionados por la Policía Estatal de Seguridad Pública.

Boletin

 

A pesar de ser acusados por delitos de sabotaje con agravante de pandillerismo, de instigar a la violencia en una manifestación pacífica y de estar vinculados a la existencia de un arsenal, el miércoles 12 la Jueza de Instrucción del Poder Judicial de la Federación dictaminó libertad condicional para los tres implicados por el gobierno del estado en los acontecimientos. Por otra parte, los dos detenidos anteriormente durante el desalojo de las vías del ferrocarril también fueron liberados; ya en libertad, convocaron a la población al reinicio de las actividades de rechazo al gasolinazo con marchas para el próximo sábado 14 y domingo 15.

En esta historia de la batalla por el control de la frontera que mantienen los partidos políticos PAN-PRI, el oportunismo de “actores y dirigentes sociales y sindicales” fue la constante; también destaca el uso de las redes sociales por parte de la población para convocar y sobresale el trabajo informativo de Hiram González Machi el cual el propio periodista difundió en tiempo real, logrando audiencia a nivel nacional.

Segunda Parte

Históricamente, Nogales ha estado sujeto a los designios de los caciques locales. No se mueve una hoja sin que sea aprobado. Cuando “algo” se mueve, cuando “algo” trastoca la tranquilidad, los grupos caciquiles se enfrentan, operan. Y operan burdamente. La coyuntura del descontento social por el gasolinazo no fue la excepción pero algo les falló. De la noche a la mañana el descontento de la población los rebasó. Ese domingo 8 fueron rebasados por una población que de alguna manera, en el fondo, a su modo, estaba enfrentándose al control caciquil.

Y ante el barrunto de rebelión, los caciques optaron por reventar la protesta. Hay un dicho que dice: “El hombre es fuego, la mujer estopa, luego viene el diablo y sopla”. Si esto lo trasladamos a los acontecimientos del domingo 8 pasado, así fue como actuaron las autoridades tanto estatales como municipales.

El lunes 2 de enero la ambición electoral del PAN utilizó el oportunismo de los actores y dirigentes sociales alrededor del bloqueo de las vías del tren en la línea internacional. Solo que en esta ocasión la protesta política falaz derivó en un impulso a la protesta real, ciudadana.

Para el martes 3, un reducido grupo de ciudadanos fue tomando paulatinamente el control del bloqueo de las vías del ferrocarril. Al principio no obtienen atención y las protestas centran sus acciones en el paso libre en la garita Denis DeConcini. Ya para el miércoles 4 el PRI “para los orejas” e inician la confrontación con sus homólogos del PAN. Mientras tanto el bloqueo de las vías del ferrocarril en la puerta de entrada de Ambos Nogales continúa y va depurándose. Luego, el jueves 5 (tercer día del bloqueo a las vías), vendría el desafortunado segundo mensaje de Enrique Peña Nieto que vino a exacerbar los ánimos de la población, mientras las imágenes de saqueos en el país inundaban las redes sociales.

Para el viernes 6 el bloqueo es notado por la prensa nacional e internacional, se difunden ampliamente las acciones en Nogales. En las redes sociales, troles y militantes priístas empiezan a sembrar el rumor de la presencia panista en el bloqueo del ferrocarril. Por su parte, el PAN intensifica sus intentos de tomar el control del boqueo. En el dirigente del sindicato de trabajadores del Ayuntamiento recae la responsabilidad.

La efectividad del bloqueo provoca que la prensa internacional y nacional lo acentúe y lo convierta en uno de los varios referentes en el país de la indignación de la población ante el llamado gasolinazo. Por su parte, el PAN intenta con sus enviados convencer a los participantes que levanten el bloqueo. La marcha se realiza y la población sale, participa y rebasa.

Para la tarde del sábado, gobierno del Estado, municipio y los “actores sociales”, habían consensuado bajarle a las protestas y no hacer ruido por el desalojo que se llevaría a cabo el domingo en la madrugada. Que el desalojo sea pacífico, sin violencia y a cargo de la policía estatal, es el acuerdo. El domingo 8 en la madrugada se verifica el desalojo; el periodista Hiram González Machi lo trasmite en vivo en la red social Facebook y documenta detención de personas que se niegan abandonar el bloqueo.

El domingo en la mañana salen a la calle mujeres a exigir la libertad de los detenidos y convocan por la red social Facebook a sumarse a la exigencia. La garita Denis DeConcini es el punto de reunión y para las diez de la mañana la convocatoria de las mujeres ha surtido efecto: alrededor de 5 mil gentes exigiendo la libertad de los detenidos. La policía federal abandona las instalaciones de la Agencia Fiscal y da paso para el resguardo a la policía estatal. El clima tenso obliga al presidente municipal a salir a la calle y prometer la liberación de los detenidos. Éste consulta con las autoridades estatales e informa que la liberación será hasta el lunes. La gente responde: “No nos movemos de aquí hasta que los presenten”, la irritación crece así como las provocaciones tanto de la policía estatal como de jóvenes que después serían bautizados como “Los 500 Cholos”. Luego el enfrentamiento, los balazos, las pedradas. Lo demás es historia que aún no concluye. Entre la confusión, lo claro es que la turbiedad de las instituciones ha quedado expuesta por la ciudadanía y las redes.

Una de las varias preguntas que todavía requieren una explicación frontal, de acuerdo a derecho, reglamento y responsabilidad, es por qué la policía decidió abandonar el lugar de la protesta con la instrucción (ya que fueron varios elementos y no uno solo), de disparar sus armas durante varias calles en el sector de la línea internacional.

 

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