En una nota publicada en el Imparcial el 18 de noviembre de 2012, el vicepresidente de Impulsor, David Tinajero Aguirre, declaró que “El estadio de beisbol Héctor Espino González no será demolido, sino modificado para realizar alguno de los tres proyectos que se tienen destinados para dicho espacio”, esto es, una unidad deportiva, una villa paralímpica o una casa del estudiante sonorense.

Al parecer, el gobierno de Guillermo Padrés, en complicidad con quienes usufructuaron el inmueble, la familia Mazón, propietaria del equipo de beisbol Naranjeros de Hermosillo, decidió darle otro uso a esos terrenos y por ello se anunció desde la semana pasada la desmantelación del estadio. Dicen que las butacas y la pantalla gigante serían removidas al estadio Héroes de Nacozari, para impulsar el proyecto del equipo de futbol Cimarrones de Sonora.

Lo anterior, coincide con una nota informativa que asegura que la Villa Paralímpica se construirá por rumbos de la Colosio final y, es obvio, que no es creíble que quieran construir una casa del estudiante sonorense, precisamente donde se tiene, ya, una unidad deportiva que alberga no solo al estadio de beisbol, sino canchas de tenis, de básquetbol, frontón, alberca y que sirve también para el sano esparcimiento cuando se promueven eventos musicales aprovechando el espacio del estacionamiento .

Desde este espacio, quiero hacer un llamado para que unamos esfuerzos y evitemos que los políticos sigan haciendo negocios con el patrimonio del pueblo, ya que el Estadio Héctor Espino se hizo con fondos que aportó el gobierno en turno, producto de los impuestos generados por el pueblo sonorense. Aún más, debemos luchar no solo por conservar esa unidad deportiva, sino también por crear en ella un área verde para promover los ejercicios matutinos y vespertinos que normalmente vemos por rumbos de “la milla” en los terrenos de la Universidad de Sonora.

Estadio Héctor Espino. Foto: mexicalisport.com

Como ellos, los políticos, solo piensan en el negocio, no se les ocurrió aprovechar el estadio para desarrollar en su interior el reciente campeonato nacional de Futbol de Primera Fuerza, evento en el que Sonora logró el bicampeonato. No es lo mismo, por supuesto, desarrollar ese encuentro en los campos de la Sauceda que en un inmueble tan importante como el estadio Héctor Espino, lo cual hubiera propiciado un gran impulso a este evento y lograr en un futuro más cercano volverlo a traer a esta ciudad, y no esperarnos, otra vez, más de 30 años para poderlo realizar.

Me queda claro que los “gobernantes” abusan hasta donde el pueblo se los permite. Ya en el 2008, Eduardo Bours sacó adelante su negocio del “Proyecto Galerías” destruyendo el Parque de Villa de Seris; sin embargo, gracias a la oposición del pueblo hermosillense se evitó que Javier Gándara hiciera un lago artificial en el Parque Madero; ahora la pregunta es: ¿vamos a permitir que Guillermo Padrés desaparezca el estadio Héctor Espino?

Basta ya de comercializar lo que no es de ellos, digámosle no a la venta de los terrenos del Héctor Espino y hagamos realidad la propuesta de convertirlo en una verdadera unidad deportiva, inyectándole recursos, a ese importante espacio. De nosotros depende que no perdamos un espacio más dedicado al fomento del deporte.


Isabel Dorado Auz
Publicado el 23 de Septiembre de 2013

Foto Principal: https://www.flickr.com/photos/tadeomoreno7/8140822198