#DíasdelFuturoPasado volumen 38

El nueve de febrero se venció el plazo para que los países firmantes del Acuerdo de París presentaran sus nuevos compromisos NDC (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional por sus siglas en inglés) para sus mecanismos de mitigación de Gases de Efecto Invernadero (GEI), todo esto en la lucha contra cambio climático. Solo tres países los presentaron. Islas Marshall, Surinam y Noruega son los tres países que lo hicieron, pero la suma de lo que ellos contribuyen a la crisis climática nos arroja la irrisible suma del 0.1 por ciento del total de las emisiones de GEI a nivel global. Es decir, nada. Los demás países, incluido México no han dicho esta boca es mía. Eso sí, todo el año pasado hubo una suerte de presión por algunos movimientos sociales que mantuvieron -al menos teóricamente- el tema muy bien cubierto por los medios.  

Estos movimientos que aportaron al debate mediático, se quedó solo en eso. El fracaso de la COP 25 organizada por Chile con sede en Madrid, es la peor de los 25 años de fracaso de las COPS, no solo por lo que pasó adentro, sino por lo que pasó afuera de la reunión con los grupos de la sociedad civil, lo que esto signifique. Los dos movimientos fuertes que la representaron no fueron capaces de ir más allá y entre muchas críticas su concepto de emergencia climática no fue más que un espejismo. Me explico.

Greta saluda al príncipe Carlos en Davos.

La aparición de los Fridays for Future y los Extintion/Rebellion logró que el año pasado el tema del cambio climático se posicionara de nuevo en los medios masivos de comunicación, estos movimientos se convirtieron en fenómenos globales, de los cuales el primero tuvo más reflectores no solo por ser un movimiento que se constituía en su mayoría por jóvenes, sino porque cumplía con todas las características para convertirse en un fenómeno mediático. Eran jóvenes, blancas, clase media, con cierta “conciencia ambiental” pero sin una posición política real, es decir fáciles de vender y digerir como el verdadero rostro de la lucha contra el cambio climático, incluso tienen una líder carismática capaz de plantarse ante los “líderes del mundo” a decirles sus verdades. El segundo, los Extintion/Rebellion en un primer momento parecían ser más radicales, sus acciones directas no-violentas eran bastante interesante, imaginativas, el movimiento parecía estar conformado por viejos activistas -como yo- de finales del siglo XX, inicios del XXI cuando tomar las calles era de lo más normal. Parecía que los altermundistas salimos de nuestro letargo a plantarle cara al colapso. Al final se han ido suavizando, no se porque, pero en este momento parecen ser un movimiento más reformista que uno que apuesta por la rebelión antes de la extinción.

Los dos intentaron construir una agenda bajo el concepto/hashtag -porque las redes sociales son lo de hoy y sin ellas nadie nos escucha- de emergencia climática; que en el papel parece ser una estupenda idea, pedirles a las corporaciones transnacionales, pero principalmente a los gobiernos que hagan una declaratoria de emergencia climática y partiendo desde ahí hacer acciones para salir de ella. Es decir, invitaban a los principales culpables y sus cómplices a dejar el modelo extractivo y buscar otras formas. ¿Ilusos? ¿Ingenuos? Vaya a usted a saber. Lo que sabemos es que esta fue una estrategia por parte de los involucrados -gobiernos-corporaciones, no sé los movimientos- para meter al capitalismo verde de lleno en la agenda climática convirtiéndolo en la única esperanza -dicen ellos- contra la extinción de toda vida en la tierra. Esto se puede leer incluso en el ultimo libro de Naomi Klein donde el Green New Deal pareciera ser nuestra única esperanza.

Incendios forestales en Australia. Un síntoma.

En estos momentos este concepto se ha convertido en un mito, en una oportunidad para posicionar aún más este sistema de clases desde el ecofascismo y todo lo que esto implica. Esto se vio reflejado en el Foro de la Davos Club a inicios de año donde uno de los puntos fuertes a discutir fue precisamente la emergencia climática y como contrarrestarla desde una visión de negocios.  Los temas más fuertes fueron las mal llamadas energías limpias y/o renovables, un tema que a muchas empresas de Estados Unidos les interesa y son el punto fuerte para conseguir la victoria demócrata en las próximas elecciones, además de la geoingeniería y todos los riesgos que esta conlleva, que incluso tiene una moratoria por parte de las Naciones Unidas al no ser una salida segura para la crisis climática. El carbón azul y la agricultura verde fueron dos temas que se trataron dentro de la supuesta emergencia climática.

Empresas como Microsoft, Alphabet, Amazon, fueron de las que se presentaron como punta de lanza de estas falsas soluciones. Cabe mencionar que los Fridays for Future tuvieron una participación en este foro donde las corporaciones transnacionales deciden el futuro del mundo. Por segunda ocasión en forma consecutiva Greta Thunberg estuvo dando un discurso/regaño a estas empresas que ahora buscan entrarle al capitalismo verde. Las corporaciones y el movimiento han negado que sean aliados, tal vez sea verdad, lo que si parece es que tanto los unos como los otros tienen una agenda similar y es mantener el modelo de producción-consumo extractivista y el sistema de clases, aunque este mute hacia ese neofeudalismo del que tanto hablamos en esta columna. Habrá que tenerlo en cuenta.

Nos guste o no la emergencia climática nace como un negocio y así se mantiene. Los movimientos consiguen fondos para hacer su trabajo de difusión sin llegar al fondo del problema y las transnacionales lo usan para posicionar al capitalismo verde. Este concepto les da más poder mientras nosotras nos vamos yendo peligrosamente hacia el abismo, que no significa más que encaminarnos hacia un nuevo sistema de clases mucho más agresivo que el actual. Por lo tanto, o reconocemos a quienes son nuestros enemigos y sus aliados más cercanos -incluso aquellos que parecen alejados del sistema- o seguimos justificando el colapso socio-ambiental desde reformas que no solo no solucionan nada, sino que ponen el piso para lo que se viene. Para ese nuevo sistema de clases más allá del neoliberalismo y desde donde a las afectadas nos tocas sobrevivir.

Jorge Tadeo Vargas*

Tw: @primaindie

*Activista, anarquista, biólogo, panadero casero y coordinador de lidecs .