El regreso de los republicanos a la presidencia de los Estados Unidos es el regreso del lado más oscuro de la crisis socio-ambiental: es un retroceso de décadas en los pocos avances que se han tenido hasta el día de hoy,

Por: Jorge Tadeo Vargas.

A los Estados Unidos les costó poco más de veinte años en firmar y decidir participar activamente en las Conferencias de las Partes sobre Cambio Climático de la ONU; esto debido que para los republicanos la crisis climática no existe, pues el cambio climático es un mito; una mentira orquestada por (escriba aquí el país de su elección) para atacar la economía estadounidense; por lo que no estaban dispuestos a caer en esa trampa.

cw8tfi6xuaat6mjEsta fue la postura de la época Bushiana y se mantuvo por un buen tiempo; hasta el 2016 en París donde son participes de esta firma histórica de un acuerdo tan vacío como superfluo; hecho a medida de lo que Wall Street podía aceptar; es decir un acuerdo que no es obligatorio, con compromisos no vinculantes y falto de contenido. Aun así este acuerdo tenía la firma de los dos países que más contribuyen a los Gases de Efecto Invernadero, entonces por lógica a la crisis climática: China y por supuesto, los Estados Unidos.

A un año de este acuerdo y con el objetivo de crear los mecanismos que permitan a los países cumplir con los acuerdos que cada uno propone para buscar medidas de mitigación; llega la COP 22 que se lleva a cabo en Marrakech desde el día 7 de noviembre hasta el 18 del mismo mes; es decir que los participantes de esta conferencia no han tenido tiempo de hacer una evaluación de los riesgos que aparecen en el panorama con el regreso a la presidencia de los Estados Unidos del partido republicano; que además como plus lo hace de la mano de Donald Trump.

marrakech-cop22-2016Trump es un férreo negacionista del Cambio Climático pues ha dicho que es un invento de China para desestabilizar la economía Norteamericana. En esta lógica, la crisis climática es una idea de la cual se aprovechan los liberales para justificar toda la crisis financiera que se vive desde la caída del petróleo. Para Trump el cambio climático es una patraña y esto es una de las pocas promesas de campaña que puede cumplir sin que le genere muchos problemas; pues tiene de su lado a toda la industria petrolera y energética, no solo de los Estados Unidos, sino a nivel global.

Si vemos los posibles candidatos a puestos claves en materia ambiental y energética, es fácil entender que en el periodo de Trump como presidente regresará el lado más oscuro para la agenda ambiental global; afectando directamente la agenda ambiental local de ese país.

Esto lo vemos en su equipo de transición. Myron Ebell se perfila como el posible director de la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en ingles). Ebell antes de llegar a este equipo, trabajó en un grupo de cabildeo financiado por grandes empresas petroleras, entre ellas Exxon Mobil; empresa petrolera que más dinero ha gastado para negar la existencia del cambio climático. Si partimos del conocimiento que los acuerdos de París no son obligatorios, ni vinculantes, el plan de Obama sobre energía limpia correo el riesgo de convertirse en letra muerta.

2014032108451623881Ebell es el indicado para hacerlo; de no ser Ebell; el segundo nombre que suena es el de Kathleene Hartett White, fundadora del Texas Public Policy, organismo desde donde White ha hecho una fuerte campaña contra el Cambio Climático. Estos dos personajes son los posibles directores de la EPA con lo que los planes de mitigación, de conversión hacia energías limpias y/o renovables e incluso la participación de los Estados Unidos en las próximas COPs se ve en riesgo.

Sumado a esto la posibilidad de que Harold Hamm sea el nuevo secretario de energía y Forrest Lucas Secretario de Interior ponen las cosas mucho más complicadas. Hamm es un dueño de empresas de fracking y petróleo; muy relacionado con el Dakota Access Pipeline. Lucas es el CEO de Lucas Oil; empresa petrolera donde Trump tiene inversiones considerables. Estos cuatro nombres dejan claro que la salida o el boicot a los acuerdos de París (por malos que sean) por parte de los negadores del cambio climático será la tendencia a reforzar por parte de los Estados Unidos. Una promesa que puede y que Trump tiene la obligación de cumplir. Solo resta esperar a los resolutivos finales de la COP 22 para ver que pasará con la participación de EEUU en los nuevos acuerdos y los mecanismos para hacerlos funcionar.

pipeline-haultMarrakech es sin duda la Conferencia de las Partes más desangelada en muchos años; desde donde no se puede esperar grandes avances; a pesar de lo que se diga. París dejo claro que los compromisos avanzarán a medida de lo que cada país decida avanzar. México tiene una grave contradicción entre sus reformas estructurales y sus “compromisos ambientales”, pues cada uno va por rumbos distintos y es bien sabido cuales son los que terminaran imponiéndose: las reformas estructurales al servicio de las transnacionales.

No podemos, ni debemos esperar mucho de Marrakech; esta estructura de las COPs es ya obsoleta y solo sirve para beneficiar a los Mercados de Carbono. Sin embargo, el regreso de los republicanos a la presidencia de los Estados Unidos es el regreso del lado más oscuro de la crisis socio-ambiental: es un retroceso de décadas en los pocos avances que se han tenido hasta el día de hoy, por lo que estos días más que nunca nos toca reforzar las resistencias comunitarias en todo el mundo; retomar las alternativas que los grupos de base ya están poniendo en marcha y seguir en la lucha antisistémica contra un modelo que no es sostenible por mucho que se pinte de verde.