Por: Jorge Tadeo Vargas J.

14600883_1287438461313294_4619833627961522023_nEscribo esto mientas vuelo a más de diez mil pies de altura rumbo a una reunión sobre resistencias comunitarias contra la incineración de residuos en la industria cementera. La incineración la han venido impulsando los gobiernos y las empresas cementeras a nivel global; escudándose en que esta es una solución para el problema de residuos que además sirve para sustituir los combustibles fósiles, con lo que están aportando a favor de la crisis climática. Otra más de las falsas soluciones promovidas por el sistema neoliberal para mantener el modelo de producción-consumo, extractivista, lineal, privatizador y sobre todo criminal para con la naturaleza y las comunidades humanas; principalmente aquellas que están cerca de una planta cementera y que viven día a día en una zona de sacrificio, absorbiendo los costos socio-ambientales que produce esta práctica.

Esta situación empieza a ser de una emergencia critica en muchas regiones de México la cual no solo es minimizada por el Estado; sino que también es poco atractiva para los medios; claro, nadie quiere meterse en un lío con la industria cementera, una industria que a nivel global controlan un par de empresas (que en este momento son mayoritariamente mexicanas) y que son el motor para que el sistema neoliberal sigan perpetuando su hegemonía.

Voy camino a esta reunión que será en Alcalá de Guadaira, territorio español, por la región de Sevilla y donde se darán cita las distintas plataformas anti-cementeras del Estado Español como parte de su asamblea anual. El año pasado esta se llevó a cabo en Montcada, Cataluya,  en conjunto con la reunión internacional anticementera. También pude participar en esta. Después de la reunión algunos de los participantes nos fuimos a París a participar en las acciones alternativas a la COP 21.

marrakech-cop22-2016Esta fue la primera vez que estuve en una COP sobre cambio climático; es de las pocas anti-cumbres que no me llaman la atención; no me parece prioritaria. Viví de manera cercana los festejos por parte de los Estados-Países por los acuerdos llegados; estuve en varias discusiones de algunas ONGs tanto las transnacionales como algunas más pequeñas donde concluimos que el acuerdo de París no alcanzaba para poner freno a la crisis climática.

Se necesita más que acuerdos voluntarios no vinculantes, ni obligatorios por los países firmantes para lograr las metas propuestas; se necesita mayor compromiso, un cambio sistémico verdadero. Esto no se veía en París y no se ve por ninguna parte.

París fue la antesala –al menos así lo han manejado los distintos gobiernos de los países firmantes- de lo que sería la plataforma para que en Marakech se diera un nuevo documento que sustituyera al fracasado Protocolo de Kyoto que no solo no cumplió uno solo de los puntos a los que se comprometieron los países firmantes; sino que su fecha de caducidad llegó con una crisis climática imposible de subsanar.

El punto del NO retorno es una realidad.

Ya no se puede pensar en la mitigación como la fórmula para detener la problemática; al contrario, la adaptación comienza a ser el camino más acertado. Obviamente esta no permite que los mercados de carbono sean los operadores de un modelo de adaptación a la crisis climática y por lo tanto, no será el modelo que apoyen los gobiernos de ningún país donde impera la lógica capitalista neoliberal, por lo que no importa que los acuerdos de París sean los que más países han firmado y desde donde se hayan hecho compromisos no obligatorios, ni vinculantes contra el cambio climático. Estos no solo no son suficientes, al contrario se quedan cortos.

2016-11-04-00-00-33Mientras hago este viaje de más de diez horas, leyendo algunas noticias sobre la COP 22, celebrada en Marakech, Conferencia de las Partes que la ONU  nos ha tratado de vender como la COP desde donde saldrá un nuevo protocolo que remplazará al firmado en la década de los noventa en Kyoto; no puedo evitar pensar en todo lo que trae detrás esta cumbre.

Por ejemplo el aumento de la temperatura en los océanos y la cobertura terrestre desde el 2016 a la fecha ha aumentado en 1.3 grados. El primer techo propuesto en París es de 1.5; es decir que en un año casi alcanzamos ese primer techo. También pasamos la barrera de los 400 partes por millón de CO2 en la atmosfera. Lejos ha quedado aquella campaña a la larga convertida en ONG de la barrera de los 350 partes por millón. El aumento es histórico si pensamos que de la era preindustrial y su 278 partes por millón; en menos de un siglo hemos aumentado casi el doble.

Este año ha sido el más caluroso que se tiene registrado y no parece que vaya a mejorar en los próximos.

aaeaaqaaaaaaaaegaaaajgewnwnlyjnlltdkztatngy0oc1hmwm1lta0ntgxn2ywodlioaEstamos ante un hecho sin precedentes en toda la historia de la humanidad. Esto es con lo que llega Marrakech y la nueva Conferencia de las Partes. Es la crónica de una derrota inminente del sistema neoliberal. No existe una sola solución que salga de este sistema que pueda dar resultados positivos pues lo que ellos buscan es precisamente mantener un modelo de producción-consumo donde poco o nada importan los bienes naturales; mucho menos los Derechos Humanos de las poblaciones afectadas; la justicia socio-ambiental es solo un término con el cual comercializar sus Green Washing, sus distintivos de empresas socialmente responsables, su idea de capitalismo verde. No hay como conseguir que Marrakech se presente como una solución a la crisis climática; al contrario, buscara fortalecer sus falsas soluciones y sus salidas al final de tubería.

En el camino también veo una entrevista con Naomi Klein donde habla de cómo las resistencias son las que le permiten seguir escribiendo, denunciando y bueno; después de pasar días, semanas, años enteros acompañando resistencias, luchando hombro con hombro con compañeros y compañeras, defendiendo territorios, formas de vida; pienso que esta derrota que se avecina en Marakech, nos abre las puertas para continuar con los modelos de adaptación que las propias comunidades están poniendo en práctica.

eco sequia pergamino 017Desde un simple modelo comunitario de Basura Cero para detener la incineración de residuos hasta cooperativas basadas en técnicas de económica solidaria, modelos comunitarios de gestión de agua; me dejan claro que más allá del derrotismo en el  cual a veces caemos al pensar en el gran monstruo que es el sistema capitalista neoliberal; las luchas desde abajo; donde las propias comunidades son quienes implementan sus alternativas; sus soluciones; donde conceptos como buen vivir, decrecimiento, comunalidad están presentes aunque no necesariamente con esos nombres me hacen pensar: bienvenida la derrota del sistema por el propio sistema; bienvenida sea porque desde abajo; efectivamente estamos construyendo un mundo nuevo

Es una hecho que estamos entrando en una época muy oscura; donde él capitalismo neoliberal se está nutriendo fuertemente de todos los temores –algunos con fundamentos- que recorren a cada país en el mundo. La crisis sistémica que vivimos; que dicho sea de paso se parece mucho a la crisis socio-económica que se vivió en la década de los ochenta cuando Reagan, Tatcher y todos los articuladores del neoliberalismo llegaron para hacernos la vida imposible; se presenta ante una variedad de formas de resistir que hemos ido enseñado con el paso de los años y el incremento de las técnicas del sistema para controlarnos; es por lo tanto es al menos una luz al final del túnel. Tenemos mucho trabajo que hacer; pero lo parezca o no, estamos en el camino de hacerlo.

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